Un boquiabierto Athletic Club continúa en la competición copera después de flirtear con la eliminación ante un audaz Tenerife, que se despide de la misma después de una notable participación al caer en la tanda de penaltis.
La presencia en el Heliodoro de un histórico como el Athletic intimidaba lo bastante como para temerse lo peor, pero lo que nunca se pudo presagiar, ni el propio equipo bilbaíno, fue que tuviese un arranque tan aciago e inaudito, que no sólo dejó atónitos a sus propios jugadores sino también a los tinerfeños.
Sólo había transcurrido un minuto de juego cuando Moore, a un metro del área, recibió una dura entrada del meta Herrerín en su desesperada salida, acción sancionada con la expulsión del meta vasco, mientras que, a renglón seguido, el lanzamiento de falta de Luis Milla la tocó Williams, dentro del área, con una de sus manos.
De esta manera, el colegiado, tras la pertinente consulta al VAR, decretó punible la falta del atacante, encargándose Joselu de anotar desde el fatídico punto en el minuto siete, mientras que al filo del primer cuarto de hora de juego un centro de Yuri lo cabeceó Raúl García para que un oportuno Williams anotase con el pecho el empate.
Pero cuando el cuadro vizcaíno parecía repuesto ya de su infortunio inicial, con el marcador de nuevo igualado y también con un concienzudo control de su rival, llegó otro cruento y demoledor mazazo anímico.
Esta vez fue Elliot el que, dentro del área, se deshizo de varios defensores rivales y, desde la izquierda, centró sobre el punto de penalti para que Yuri, en su afán de despejar el balón lo dejara a los pies de un aventajado Joselu, que con un seco disparo anotó su segundo tanto.
Tras la reanudación, un envenenado lanzamiento de Lekue desde la frontal lo desvió Ortolá a córner, pero en la segunda tentativa bilbaína sí que fructificó, aunque con la estrecha colaboración de Milla, que tras errar en un pase en el minuto 53, dejó el balón a merced de Williams para que el delantero encarara el área y batiera a Ortolá con un disparo raso.
Este nuevo equilibrio en el marcador propició un choque mucho más abierto, ahora con reiteradas llegadas a las respectivas áreas, y con alguna que otra ocasión, como un taconazo de Joselú en el minuto 78 que resolvió con acierto Ezkieta, acabando con este remate todo peligro hasta concluir esta segunda parte.
El empate forzó la disputa de la preceptiva prórroga, tiempo añadido en el que ambos equipos continuaron empecinados en decantar la contienda a sus respectivos colores, pero sin apenas disparar a puerta, hasta que una penetración en el área de Nahuel acabó con un derribo de Lekue y con el consiguiente penalti, que transformó esta vez Dani Gómez en el minuto 105.
Pero a dos minutos para el final de la prórroga, Yuri neutralizó la ventaja local con un tiro desde fuera del área que acabó en la red para forzar los penaltis.
