Buenos planes para el Tren
Luego de la visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador el viernes al Valle de Toluca, para supervisar el avance de la construcción del tristemente célebre Tren Interurbano México-Toluca, ese que seguimos esperando conecte Zinacantepec con el poniente de la Ciudad de México y desplace más de 230 mil personas cada día entre ambas ciudades en menos de 39 minutos, ojalá que realmente se sienta en el Gobierno mexiquense la urgencia de acelerar el paso en todos estudios y lineamientos necesarios para darle forma a una realidad bien diseñada que no represente riesgos para la población asentada en las zonas aledañas ni para los usuarios en las estaciones de ascenso y descenso, e impulse la actividad económica regional y se materialice el desarrollo urbano en esta zona del Estado de México.
Se notó que al Presidente de México que le urge ponerlo en operación cuanto antes y por ello planteó sin disimulos que los constructores se esfuercen para terminarlo a finales del 2022 y no en 2023 como está proyectado, para transformar una herencia infame en un buen trofeo a como dé lugar.
Por ello, el equipo del gobernador mexiquense debe considerar que lo que dijo Del Mazo en esa ocasión, respecto a lo indispensable que es el trabajo entre autoridades de los Gobiernos federal, de la Ciudad de México y de los municipios, en una estrategia coordinada de movilidad metropolitana para que el tren sea bien aprovechado en sus extremos y en su trayecto, así como la próxima publicación del Programa de Ordenamiento para la Zona Metropolitana de Toluca y el Plan Parcial del Tren Interurbano México-Toluca, lo compromete y debe hacer algo importante.
Con todo lo que este proyecto ha costado a los mexicanos, no pueden exponerse sorpresas ingratas de disfuncionalidades, impactos negativos en las comunidades, voracidad empresarial, corrupción e incluso conflictos sociales como los que a esta obra por descuidos y por subestimar a la gente, lo trastornaron.
Reducciones presupuestales
Después que trascendiera que en el presupuesto del 2021, en perjuicio de los gobiernos municipales se prevé suprimir el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de la Seguridad, que representaba aproximadamente 4 mil millones de pesos distribuidos en trescientas demarcaciones y también se intenta disminuir el FORTAMUN que era la gran esperanza financiera; ¿asumirá el gobierno federal que puede responsabilizársele del aumento en los niveles de inseguridad? o ¿estará realmente preparado para hacer frente a este desafío de manera centralizada? Parecen dispuestos a correr el riesgo, pero ¿los ciudadanos? Ojalá no la paguemos.