Del T-MEC y otros asuntos
Con la firma del protocolo modificatorio del acuerdo comercial entre los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá T-MEC, se cerró un capítulo de negociaciones y de incertidumbre, pero de manera automática se abrió un espacio de críticas y especulaciones.
El tema laboral ha sido el que más se ha debatido, tanto por las exigencias de equiparar las condiciones generales de trabajo en los tres países, como la iniciativa presentada en el Congreso norteamericano de inspectores laborales, que generó un reclamo generalizado en nuestro país, pero también sembró la inquietud de conocer hasta dónde y cuánto se negoció.
En este sentido, debemos tener claro que la importancia de la relación comercial con los Estados Unidos y Canadá es primordial, pero que también va de la mano de situaciones diversas, como lo es el tema de seguridad.
Hechos recientes como la frustrada detención de Ovidio Guzmán en Culiacán, la exigencia de justicia en el caso de la masacre de la familia LeBarón y la detención del ex secretario de Seguridad Genaro García Luna, son solo una muestra de una agenda muy amplia y a la vez muy compleja.
Ahora solo falta esperar que los congresos de los tres países ratifiquen el T-MEC, lo cual se espera sea por parte de los Estados Unidos en estos días, y Canadá posteriormente por cuestiones internas.
Mientras tanto, en nuestro país debemos ir avanzando en la conciliación, no en la confrontación. El tema de seguridad debe enfrentarse de manera conjunta, sumando esfuerzos en beneficio de la población.
La polarización no conduce a nada. Al contrario, mediatizar la estrategia de combate señalando a supuestos responsables o acusando a gobernadores de no asistir a reuniones, es un error.
Las y los mexicanos esperan resultados; pero, sobre todo, responsabilidad de sus gobernantes. Por eso es relevante el mensaje que nuestro gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca apoyó junto con otros mandatarios, en el sentido de que los enemigos no son los que piensan diferente, sino los criminales y los violentos. Así de claro, ¿no cree usted? _