La odisea del T-MEC
Hasta ahora la cristalización del T-MEC como sucesor del TLCAN ha sido una odisea.
El año está por acabar y la aprobación de este tratado comercial (en Estados Unidos es un acuerdo comercial y no un tratado como en México) no se ha dado, el ambiente político-electoral en EUA ha influido para que el T-MEC no se pueda asentir tanto en la cámara de representantes como en la de senadores.
A la llegada de Trump al poder, y con ello el advenimiento de una política chovinista, el TLCAN fue puesto en duda, así como algunos de los beneficios que trajo consigo desde su implementación (1 de enero de 1994), por ende, la idea de reformar este tratado fue uno de los temas torales del mandatario estadounidense a su arribo al poder.
Evidentemente el TLCAN ya era un tratado obsoleto para la realidad económica y política de estos tiempos, cuando se implementó (1994) no existía el Internet ni el comercio electrónico, además las cadenas de valor entre las empresas de México y EUA no eran tan estrechas como en la actualidad; es por lo anteriormente mencionado, entre otras cosas, que se requería reformar el tratado no solo de nombre, sino también en cuanto a contenido.
Es cierto que el TLCAN no fue la panacea, el desarrollo que en aquel entonces se decía que iba a tener México no se dio, el error de los gobiernos mexicanos fue el haber apostado solo al mercado externo y no al interno, pero al fin de cuentas el TLCAN coadyuvó a que México se incrustara en la nueva realidad económica que en aquel entonces privaba en el mundo y que gran parte del desarrollo de regiones del país, como el bajío, se debió a este tratado.
Con el T-MEC temas como el laboral serán asuntos de suma importancia para la región.
En el caso laboral, el nuevo tratado pretende que la democracia sindical sea una realidad en México y no una mera simulación.
No obstante, el gobierno mexicano debe ser cauteloso, el desenlace sobre el T-MEC aun es impredecible, y teniendo como presidente a Donald Trump la situación es aún más incierta.
El nuevo tratado tiene que ser más incluyente, no solo las inversiones deben llegar al norte y centro del país, también es necesario que el sur se vea beneficiado.
Estimados lectores con motivo de las fiestas decembrinas tomaré un breve descanso, estaré de regreso el próximo 2 de enero; les deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo, esperando que el año entrante les depare nuevos rumbos.