Buscan crear un banco en la Cuenca Alta del Nazas
Ejidatarios beneficiados por el Programa Irritila en la Cuenca Alta del Nazas, con recursos destinados a la conservación de este servicio hidrológico, particularmente de la comunidad de Escobar y Anexas, pertenecientes al municipio de Tepehuanes, Durango, a 2 mil 300 metros de altitud, buscan darle un sentido de autosustentabilidad financiera al recurso que reciben y quieren consolidar la propuesta de crear el banco ejidal.
Abraham Fernando García Santillán, director del despacho Asesoría Técnica Forestal e Integral Jukgam, aseguró que esta idea permitirá mejorar la calidad de vida de las familias que día a día trabajan por mejorar las condiciones del ecosistema.
En las áreas de servicios ambientales protegidas no puede haber ganado, por lo que de acuerdo a García Santillán, no se trata únicamente darles a conocer la información del Programa Irritila, sino que hay que confrontarla con la gente:
“En Escobar siempre ha habido disponibilidad de trabajar, hay 60% mujeres que trabajan en el campo, en la ganadería y son amas de casa, que han tenido que enfrentar sus necesidades, por lo que de ese dinero que les llega, se destina a atender las necesidades de la economía local”.
Enfatizó que se busca con este proyecto financiero, que la gente en Escobar y Anexos, al reconocer su potencial, tengan la oportunidad de que con los recursos de Servicios Ambientales, puedan generar propios negocios, si bien con el dinero que tienen hacen las obras de conservación, pero pueden tener un beneficio adicional del dinero que reciben.
Esta idea fue respaldada por el comisariado de Escobar y Anexos, Ismael Valtierra.
“Tenemos que ir viendo a futuro esos negocios que nos pueden beneficiar. Los ejidatarios no queremos que nos reparta el dinero solo así, sino que quienes van a trabajar sean los que se benefician con este recurso”, expuso.
Según explicó el comisariado de Escobar y Anexos, la economía de la región se divide: En un tiempo es la agricultura, otro ganadería criolla que incluso se termina de engordar en la frontera, para ser exportado a Estados Unidos y sobre todo se trabaja en los meses de abril y mayo.
En tanto que García Santillán detalló que el Banco Ejidal pudiera financiarse con los 10 mil a 20 mil pesos, que les pudiera quedar a los ejidatarios por realizar los trabajos de conservación de la Cuenca Alta, se pudiera reinvertir generando más dinero incluso prestando a otros y al rato se estaría hablando de que se mejoraría la calidad de vida de ellos con un nuevo negocio.
Planteó la posibilidad al ser capaces de salir adelante por sí mismos, entonces pudieran canalizar ese dinero a otras personas.
“No por eso queremos dejar de recibir el apoyo. Hemos pensado en un banco ejidal que le preste a la gente lo indispensable para sus producción y genere intereses alcanzables para un productor agrícola o ganadero y que este dinero siga beneficiando a más productores”.
Refirió casos de personas que han tenido problemas para comprar vacunas, suplementos, semilla o fertilizantes.
“Como en un banco, con reglas bien establecidas a través del Ejido, se le presta el dinero, el interesado lo regresa en seis meses con ganancia y esa ganancia puede generar más dinero. Yo creo que sí es bueno pedir, pero no toda la vida vamos a basarnos en pedir, no todo el tiempo queremos basarnos en esto, nosotros queremos ambicionar, crecer y no generar el círculo vicioso con ese paternalismo, sino ver que tanto tiempo de pudo hacer algo al futuro”, precisó García Santillán.
El especialista reconoció que antes que nada, se tendría que afianzar esta propuesta y pase autorizarse este proyecto como también con los miembros de del Programa Irritila.
Hay que modernizar la ganadería, hacerla viable, aunque dejó en claro que esta visión de emprendimiento no le interesa a otros ejidos desarrollar proyectos de esta naturaleza.