Ed Stoddard. Reuters
La afirmación de la singularidad de los humanos acaba de sufrir un nuevo revés: científicos dijeron el jueves que una antigua especie recién descubierta y emparentada con los humanos al parecer también enterraba a sus muertos.
Los fósiles de la especie fueron desenterrados en una profunda cueva cerca de los conocidos yacimientos de Sterkfontein y Swartkrans, unos tesoros encontrados a 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo, capital de Sudáfrica, que llevan décadas aportando varias piezas del puzle de la evolución humana.
"Estaba justo delante de nuestras narices, en el valle más explorado del continente africano", dijo Lee Berger del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo.
Es un "hominini"
La nueva especie –descrita en el diario científico eLife (
http://elifesciences.org/)– ha sido denominada 'Homo naledi', en honor a la cueva donde fue encontrada. Naledi significa "estrella" en la lengua sudafricana Sesotho.
Los paleoantropólogos concluyeron que enterraban a sus muertos –un acto que se creía anteriormente único de los humanos– mediante un proceso de deducción.
La mayor colección de fósiles de 'hominini' (humanos y emparentados con humanos) de África está compuesta por 15 individuos, desde niños a adultos, unidos desde más de 1.500 fragmentos.
En el lugar no se encontraron otros restos de otras especies y los huesos no tenían marcas de garras ni dientes, lo que sugiere que no fueron despojos de un depredador o presas de una trampa.
"Parece que, tras eliminar todas las otras posibilidades, el 'Homo naledi' se deshacía deliberadamente de sus cadáveres de una forma repetida", dijo Berger. "Eso nos indica que se veían a sí mismos como diferenciados de otros animales y de hecho quizás del mundo natural", dijo.
No es la primera vez que el estudio ha llevado a pruebas de que los humanos no tienen el monopolio en ciertos comportamientos.
Jane Goodall, en 1960, observó a los chimpancés, nuestros parientes vivos más cercanos, empleando tallos de plantas para "pescar" termitas, lo que supone el primer uso de una herramienta rudimentaria aparte de los humanos.
El 'Homo naledi', descubierto en la cueva en 2013, tenía un cerebro ligeramente más grande que el del chimpancé, pero su época sigue siendo un enigma, dijo Berger.
¿Cómo era?
"Homo naledi es un mosaico de caracteres de forma, es decir, tiene un tronco con forma de embudo, no en forma de barril como el de los hombres actuales, sino parecido a una pirámide, un rasgo propio del Australopithecus o de los grandes simios actuales como el chimpancé", explicó a la agencia EFE el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y coautor del estudio, Markus Bastir.
Además, "tiene un cráneo pequeño, con la forma de los primeros representantes del género Homo, como el hábilis o el erectus, y una capacidad craneal muy pequeña, aproximadamente un tercio de lo que ocupa nuestro cerebro actual", agrega.
Sin embargo, aunque es muy robusto, y tiene un cráneo y un tronco primitivos, sus extremidades son "prácticamente iguales a las de los humanos modernos".
Sus manos tienen la capacidad de manejar objetos que tenemos los hombres de ahora, pero sus dedos y falanges están curvos, lo que, según los expertos anatómicos, significa que estos seres estaban adaptados para vivir en un hábitat arbóreo.
La clave
En conjunto, este homo, de 1,50 metros y unos 50 kilos, tiene rasgos de Australopithecus pero es más grácil que esta especie. En cuanto a la datación del fósil, los expertos aún no se atreven a dar una porque la ausencia de otros fósiles animales está complicando el análisis.