Cien años no es nada
Nos encanta pensar que los centenarios, aquellas personas que llegan a cumplir los cien años, son gente que no se cuida. Que fuman, beben y comen lo que les da la gana sin inmutarse. Cuando sale este tema, todo el mundo tiene una historia sobre un familiar o un vecino de su pueblo que llegó a anciano contra todo pronóstico. En realidad, esta leyenda urbana es verdad en parte. La ciencia ha descubierto que las personas que sobrepasan el siglo comparten un tipo de genes de primera división que les protegen contra los malos hábitos y que explicarían su forma óptima de envejecer. Lo habitual es que este tipo de personas no tenga apenas achaques hasta un par de meses antes de morir. Es el final soñado por todos, ser autónomo hasta prácticamente el último día que dura la vida.