La última propuesta de geoingeniería: Sacrificar la Antártida para proteger Nueva York y Shanghái
Un equipo de investigadores del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), institución financiada por el Gobierno alemán, está estudiando cómo estabilizar el continente antártico con el fin de frenar el aumento del nivel del mar. Aunque la solución real sería reducir drásticamente las emisiones para evitar que la temperatura siga aumentando, consideran que, además de cumplir el Acuerdo de París, una opción a estudio sería generar varios miles de millones de toneladas de nieve de forma artificial. ¿Cómo? Bombeando agua del océano sobre los glaciares y distribuyéndola con cañones de nieve por la Antártida. Ahora bien, esta medida, que recuerda en demasía a las polémicas lluvias artificiales, requeriría unos esfuerzos de ingeniería sin precedentes y lo que es peor un peligro ambiental en una de las últimas regiones prístinas que quedan.
La pregunta es “si nosotros, como humanidad, queremos sacrificar la Antártida para proteger las regiones costeras actualmente habitadas y el patrimonio cultural que hemos construido y estamos construyendo en nuestras costas. Se trata de metrópolis globales, desde Nueva York hasta Shanghai, que, a largo plazo, si no se hace nada, estarán por debajo del nivel del mar”, afirma Anders Levermann, físico del PIK y la Universidad de Columbia y uno de los autores del estudio publicado en la revista científica “Science Advances”. Aunque antes caerían Bangladesh y múltiples islas del Pacífico.
“La pérdida de hielo en el oeste de la Antártida se está acelerando y es posible que no se detenga hasta que prácticamente haya desaparecido”, añade.