* “Clásicos”
El calificativo de “Clásico”, aplicado a partidos de futbol que generan un interés o una expectación extraordinaria entre los aficionados, se ha abaratado. Ahora mismo, por ejemplo, se emplea indistintamente para el Guadalajara-Atlas y para el América-UNAM… aunque entre uno y otro hay sus buenas diferencias. Una de ellas, la antigüedad: puesto que Guadalajara y Atlas son los dos clubes más añejos de la capital de Jalisco -centenarios ambos-, y fueron, en su momento (en 1945), fundadores de la Liga, sostienen una rivalidad que renace en cada confrontación. Otra, la tradición, especialmente ahora que son los únicos sobrevivientes entre todos los equipos de Primera División que ha habido en la ciudad.
*
Ni el América-UNAM ni el América-Cruz Azul alcanzan, en rigor, ese rango, porque si bien el América se precia de ser el decano del futbol mexicano como tal (aunque fue fundado en 1916: diez años después que el Club Guadalajara y dos meses después que el Atlas), tanto “Pumas” como “Cementeros” son equipos de cuño relativamente reciente. Ambos llegaron a la fiesta en la década de los sesenta, cuando los “Cremas” -después “Águilas”-, de la mano de Emilio Azcárraga y Guillermo Cañedo, superaron largos años de mediocridad y adquirieron el protagonismo que conservan y acrecientan.
Antes de que UNAM y Cruz Azul aparecieran en escena, los actores del “Clásico capitalino” eran Atlante (“el equipo del pueblo”) y Necaxa. Mientras aquéllos, con todo y sus altibajos, se han consolidado, los otros dos incluso cambiaron de aires: uno emigró a Cancún; el otro a Aguascalientes.
*
Aunque el calificativo de “Clásico” está muy generalizado en la jerga deportiva, la Real Academia aún no incorpora esa modalidad entre sus acepciones; entre otras cosas, quizá, porque en España -la cuna del idioma- usan el término “Derby”, en un anglicismo tomado de la hípica. Señala que, dicho de autores o de obras, “clásico” significa “Que se tiene por modelo digno de imitación en cualquier arte o ciencia”, o se aplica, como adjetivo, “al momento histórico de una ciencia en el que se establecen teorías y modelos que son la base de su desarrollo posterior”. Indica, en todo caso, que en algunos países sudamericanos, se denomina así a ciertas competencias ecuestres.
En lo que son peras o son manzanas, Nacho Trelles hizo tabla rasa con el uso indiscriminado del vocablo en boga, con su lacónica sentencia:
-Clásicos, los cerillos…