Organizaciones criminales para delinquir
Ayer comentábamos que mientras sigamos permitiendo que ONG como el caso IDL –amamantada con dinero oscuro trasegado desde el exterior– sigan inmiscuyéndose en el aparato... Enterate más
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Ayer comentábamos que mientras sigamos permitiendo que ONG como el caso IDL –amamantada con dinero oscuro trasegado desde el exterior– sigan inmiscuyéndose en el aparato estatal, nos volveremos cada día más colonia de la progresía marxista que, en forma ladina y peligrosísima, viene acaparando áreas estratégicas en el Estado, la política, los medios de comunicación, etc.
Analicemos un caso reciente. El llamado “Cuellos Blancos del Puerto” sirvió para que esta mafia extranjerizante, aliada al pensamiento progre-marxista, se apoderase tanto de la Fiscalía de la Nación como del Poder Judicial. La estrategia consistió en montar un escenario de crimen con ayuda de la policía politizada. Grabaron conversaciones fragmentadas por orden de un juez amigo que facilitó el pedido de los fiscales a cargo del capítulo antcorrupción. Sin embargo los fiscales filtraron al IDL estas pruebas –que son reservadas, por lo tanto violaron el código procesal penal y, consecuentemente, cometieron delito. Las filtraciones fueron a dar directamente a las redacciones de los medios dominados por las ONG con dinero del contribuyente vía el avisaje oficial. El resultado fue una campaña demoledora que acabó dinamitando a jueces y fiscales de primera instancia, superiores y supremos. Con ello el clan de ONG politizadas ponía a su mando a dos poderes del Estado. El primero fue el Ejecutivo, capturado desde que Humala claudicara frente a esas organizaciones siniestras a cambio de que lo dejasen robar; luego Kuczynski les endosó el aparato estatal para que le permitiesen quedarse en Palacio a defenderse de los esqueletos escondidos de Lava Jato. Últimamente hizo lo propio Vizcarra, pues siente pasos conforme se aproxima 2021. Pero ya existiría un pacto de inmpunidad. Estriba en que el apparatchik oenegeista permitiría al accidental presidente Martín Vizcarra candidatear en 2021. Por ello la urgencia en copar Fiscalía, Judicatura y Tribunal Constitucional –ya tienen comprada la quebrada gran prensa con dinero del Estado vía la publicidad estatal– a efectos de consolidar una “interpretación auténtica” de la Carta de 1993. Logrado esto, Vizcarra continuaría siendo el rehén que es hoy de la progresía marxista. Una mafia que opera a través de ONG infiltradas en todo círculo de decisiones políticas y sociales. Consecuentemente seguirían aferradas, peor todavía, perpetuadas al poder. Una pesadilla que nos colocaría a niveles de la Venezuela chavista. ¡O peor! ¡Coincidentemente cuando el chavismo continental viene retomando fuerza!
¿Alguien puede negar que las oenegés operan como una organización siniestra para delinquir, manipulando a dos poderes del Estado y haciendo lo indecible por clausurar al tercero –el Legislativo– para cerrar su círculo de poder? Entonces, ¿por qué tanta alaraca del IDL amedrentando al expresidente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein, porque reclama que la Fiscalía investigue al IDL como presunta organización criminal? Estamos llegando a niveles delirantes de conductas fascistas por parte de este “poder” paralelo –las ONG– instaurado en el Perú desde fines de los 90, pretextando combatir la corrupción. No obstante, cargan sobre sus hombros haber llevado a la presidencia a Toledo, Humala, PPK-Vizcarra. ¡Todos imputados por peores delitos de corrupción que Fujimori!
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