Manuel Valls y la alcaldía de Barcelona: el riesgo y la ventura del paracaidista
¿Manuel Valls, futuro alcalde de Barcelona? Por qué no. Nada imposible en una Cataluña desarticulada y sin liderazgo. ¿Una broma? Tampoco: cuando Valls dijo el jueves en los "Desayunos de TVE", "Voy a pensar en eso", nadie se lo tomó a broma. No parece un anuncio pero sí una parábola de la esquizofrenia barcelonesa.
En Francia, un símbolo europeo
Lo cierto es que Valls ha sido ampliamente seguido en Francia cuando se ha referido a la situación catalana. El compromiso de Valls en la batalla catalana y sus intervenciones públicas, en campaña, a este lado de los Pirineos ha sido bastante bien comprendido-
Quizá lo han sido menos sus viajes de ida y vuelta para conocer y trabajar con los líderes de Ciudadanos. Su entorno y recuerda el compromiso europeo de Valls y su convicción de que lo que se juega en Barcelona y Cataluña es el futuro de las naciones estado del viejo continente. “El nacionalismo es la guerra” repita incansablemente, recordando los discursos de Mitterrand.
El paracaidismo transnacional
El hecho es que este paracaidismo transnacional también es muy arriesgado. Como jefe del gobierno francés, Valls ha afirmado siempre sus orígenes catalanes, su apego a su "club de corazón" FC Barcelona, cuyo himno fue compuesto por su abuelo paterno.
También se recuerda su reunión en tres idiomas (francés, catalán y castellano), en mayo 2014, en plena campaña europea junto alemán Martin Schulz.
Valls ha expresado el deseo de participar más activamente en la política catalana, una forma, según él, de permanecer fiel "a sus orígenes".
El renacer español, Ciudadanos y Valls
Los políticos catalanes lo han entendido como un anuncio virtual. Manuel Valls, nacido en Barcelona, crecido en París y naturalizado francés, concreta su creciente participación en los últimos meses en los asuntos españoles.
Y lo hace en un debate extraordinariamente sensible: el desafío secesionista en Cataluña. El ex primer ministro francés ha elegido claramente su lado: el de la constitución española, "uno de las más democráticas del mundo", y en contra de la aventura independentista.
El ex socialista, ahora miembro del entorno de Macron, no se situa tanto en el centroderecha, que también, sino que se convierte en portavoz del renacimienot español que se enfrenta al "nacionalismo obligatorio" catalán.
En España, el ex alcalde de Evry (2001 y 2012) hace en realidad lo mismo que ha hecho en Francia. Dejó la familia socialista para unirse a Emmanuel Macron; en este lado de los Pirineos, está muy lejos de los socialistas españoles y catalanes, sumidos en tanta crisis de identidad como de liderazgo.
El debate de identidad, que desgarra su tierra natal, estimula particularmente a Manuel Valls, que también quiere reinventarse a sí mismo un destino político en otra latitud, en otro contexto. La cuestión es si un primer ministro de la república puede convertirse en símbolo del renacimiento patriótico español.
No todo son riesgos
Valls aporta empero la credibilidad de la mayor experiencia política en Barcelona, la europeidad que la ciudad ha perdido y la fuerza internacionalizadora de su discurso. Una aportación que debilita a sus contrincantes, especialmente a la izquierda. Su ventaja es que es un ganador creible: lo que hoy no tiene en la Ciudad nadie.