¿Yo el mejor? - El Nuevo Diario
¡Qué difícil es valorarse a si mismo en un nudo de comparaciones! O te excedes, o te subestimas. “Tito” Trinidad prefirió el terminó medio, es decir, desembocar en la prudencia al responder la pregunta si se consideraba el mejor púgil de Puerto Rico en su historia. “Son otros los que pueden opinar sobre eso, sobre todo cuando hay varios puertorriqueños de muchos méritos”, dijo, mencionando con asteriscos a Gómez y Benítez, antes de refugiarse hábilmente en una frase significativa: “Tengo el respeto, la admiración y el cariño del público, nunca olvidaré los gritos de ¡Tito! ¡Tito!, porque los llevo en el corazón”. Naturalmente eso dice mucho. La ovación, fue instantánea y ruidosa.
Casi al cerrarse la conferencia, Edwin Rodríguez y Oswaldo Gil, intervinieron para decir “Si es el mejor boricua, y el más grande ídolo”.
Como se esperaba, muy interesante el cambio de impresiones con Trinidad como parte del Seminario ofrecido ayer por la ACDN en el Holiday Inn. Habla tan rápido como sus combinaciones de golpes rectos, y aunque le cuesta ir directamente al grano, logra ser claro al extenderse en el abordaje de los diferentes temas. Lo mejor que tiene es la franqueza. No se esconde, tratando sí de ser cuidadoso. Cuando entra en calor, como en sus peleas, se suelta.
SOBRE ROMÁN Y ÓSCAR
Vamos a cabalgar un rato entre las preguntas y respuestas que mantuvieron la atención de todos. “Chocolatito es un gran boxeador y un gran ser humano. Si es considerado el mejor del mundo, es porque se lo merece. Es un campeón del mundo en cuatro categorías. Nada tiene que ver sea pequeño o grande, es el mejor”. No se refirió a su estilo, ni a sus peleas y proyecciones. Me dio la impresión de no haberlo visto mucho, apoyándose posiblemente en lo que ha escuchado y leído.
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¿Por qué no se hizo otra pelea con Óscar y qué pasó en la recta final de la realizada en 1999?...“Si la revancha con De la Hoya no se hizo fue porque él no dio la cara ausentándose en las negociaciones, y si la pelea de 1999, no tuvo la intensidad que todos esperaban, fue por su culpa. Yo lo seguí en los últimos rounds queriendo forzar un cierre de golpeo fuerte y frecuente, pero él no lo permitió, quizás por ser mal informado en su esquina, que podía manejar una ventaja en las tarjetas. En peleas así hay que presionar, es lo que yo hice”.
MAYORGA, BRAVO Y CHÉVERE
Aquí se piensa que si Mayorga no ha ofrecido imprudentemente su rostro para ser golpeado, la historia del combate efectuado en el Garden en el 2004, se le dijo. “Lo esperábamos y ocurrió en el primer round. Mi padre me había dicho que estuviera listo y logré golpearlo con dos bombazos. Siempre tuve buena puntería. Aún sin eso, lo hubiera noqueado. Admito que es un peleador muy bravo, resistente, insistente y pega. Le tengo respeto. Es chévere” ¿Cuál la pelea más difícil? “Contra Fernando Vargas”, respondió después de mirar hacia al techo. Fue esa una pelea feroz de seis caídas, una de Tito en el cuarto asalto y cinco de Vargas, las tres últimas en el round doce. “Fue una pelea muy violenta, golpe por golpe, sin tregua, desgastante. Una pelea unificatoria en la que hice valer mi condición física y experiencia para cerrar con ese nocaut”. De pronto, entre los recuerdos de esa noche en el Mandalay, me pareció verlo resoplar y sudar.
“LA PASÓ BIEN”
No entró en detalles ni fijó cifras cuando le preguntaron sobre su situación financiera, respondiendo: “Desde hace tres años tengo problemas con un banco porque fui afectado sin darme cuenta. Aquello fue un enredo, pero espero resolverlo favorablemente. En eso estoy. No es justo perder lo que gané peleando fuerte. La paso bien con mi esposa y mis cinco hijas. Estoy ofreciendo charlas en escuelas, voy a Cupey, el pueblo, me gusta la agricultura, tengo gallos de pelea y me siento tranquilo. Soy hombre de familia”.
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Considera Trinidad, sin alardear, y casi disculpándose, que hubiera derrotado a Canelo y Golovkin; que hoy hacen falta peleas grandes pese al crecimiento desmesurado de las bolsas; explicó que su mayor bolsa fue contra Roy Jones en su última pelea; que su padre ha sido su mayor motivador y el gran ejemplo para evitar peligrosas desviaciones; que nunca le tuvo a miedo a un rival, ni siquiera a Hopkins, pelea que fue detenida por recomendación de su papá, evidentemente preocupado; que su retiro se decidió en el momento apropiado, y que tiene un agradecimiento profundo al boxeo.
Esta noche, “Tito” estará entregando reconocimientos a Rosendo Álvarez y Román “Chocolatito” González, si este aparece en escena.