1 de cada 3 argentinos sufre un problema central: qué es lo que está en debate
En la Argentina, una de cada tres personas tiene este tipo de problemas. El debate por los recursos y la atención
En el mundo hay 264 millones de personas que padecen depresión. La OMS señala a las patologías mentales entre las cinco primeras causas de enfermedad en América y como la principal causa de discapacidad global. Los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan a la economía mundial u$s 1 billón anual en pérdidas de productividad.
La Ley Nacional de Salud Mental de 2010 prohíbe la creación de nuevos hospitales psiquiátricos públicos y privados y, además, limita las internaciones: las personas no pueden ser internadas contra su voluntad, salvo en caso de que exista riesgo cierto para sí o para terceros.
Sin embargo, a partir de un informe compartido por Chequeado.com se supo que distintas organizaciones civiles, como la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), pusieron en evidencia que la implementación de la norma cuenta con varios incumplimientos, como la continuación de la existencia de los manicomios , la insuficiente atención de la salud mental en la Atención Primaria de la Salud y la carencia de la formación necesaria entre el personal de la salud y judicial para implementar la ley. Las organizaciones denuncian que el sistema de salud mental argentino continúa siendo hospitalo-céntrico.
Según las últimas estimaciones de la OMS, los gobiernos destinan menos del 2% de sus presupuestos sanitarios a la salud mental. En la Argentina, el Estado también incurre en incumplimientos. La ACIJ señala que, según la ley de 2010, Nación debe destinar el 10% del gasto total del Ministerio de Salud al área de salud mental, pero el presupuesto bajó al 1,5% en 2021.
ROL DE LAS PREPAGAS
Las enfermedades mentales, en su gran mayoría, son afecciones crónicas que exigen un tratamiento, generalmente combinado de psicoterapia y psicofármacos, de larga duración. A pesar de esto, en la mayoría de las oportunidades, algunas prepagas por una exclusiva cuestión de costos, cubren tan solo 30 consultas anuales, lo que implica una cobertura únicamente de siete meses.
Sin embargo, asegura el doctor Andrés Mega, psiquiatra, psicoterapeuta y legista Consultor y presidente del capítulo de Responsabilidad profesional de la AAP (Asociación Argentina de Psiquiatras), las afecciones no terminan a los siete meses. "Cuando los pacientes piden la continuidad de sus tratamientos la respuesta administrativa es 'terminó su cobertura'". El error en las entrevistas de admisión de los equipos de salud mental consiste en que dichas admisiones las realice alguien no psiquiatra, en tanto que el médico sería el más calificado para decidir si ese paciente requiere solamente psicoterapia, terapia y medicación, o si presenta una patología orgánica que debe ser derivada a otro especialista porque está enmascarada en síntomas psicopatológicos. "Esto sólo puede ser realizado por un profesional médico como es el psiquiatra", plantea Mega.
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"Los seres humanos no solo somos un conjunto de vísceras, músculos y huesos organizados en un esquema corporal. Por el contrario, nuestro cuerpo es el instrumento a través del cual accionamos en nuestra vida de manera integral", sentencia la psicóloga Mónica Pelcman. "Si nuestra mente está enferma con alguna patología como la depresión, las ansiedades, las fobias, el estrés, entre otras, irremediablemente nuestro instrumento se dañará".
En este sentido, sigue la psicóloga, "así como las prepagas contienen y se ocupan de las enfermedades de nuestro cuerpo, sería valorable que brindaran a pacientes y familiares mayores posibilidades para transitar la enfermedad mental en toda su dimensión".
Por su parte, Ricardo Antonowicz, psicoanalista, jefe de servicio de Psicología del Sanatorio Municipal doctor Julio Méndez, y coordinador de actividades asistenciales del hospital Borda, exclama: "Toda persona tiene derecho a la salud mental. Independientemente del diagnóstico y tratamiento el trato debe ser digno, continuo y especializado". Para el especialista, "la salud mental es un derecho que las prepagas deben garantizar, el no cumplimiento conlleva consecuencias dañinas para la salud mental. Estas decisiones empresariales muchas veces dejan desamparados a los pacientes. Las prepagas y el Estado deben garantizar la atención, prevención y medicación adecuada".
Ante el miedo y la falta de dinero, las personas suspenden los tratamientos y la medicación. "Hay obras sociales que sólo cubren las sesiones presenciales incrementando la dimensión segregativa y quedando velada se expresa con mayor intensidad", expone Antonowicz. "La salud mental es un derecho, los recortes en presupuesto de salud mental, la devastación del estado y la exclusión social que esto conlleva produce efectos de segregación en tanto los pacientes quedan por fuera de todo lazo social".
ABORDAR EL PROBLEMA
Al interior de las organizaciones, las estrategias deben hacer foco en cómo generamos las condiciones para que estos temas puedan ser gestionadas de forma preventiva y no de forma reactiva. "Es importante generar estrategias más de carácter preventivo, de ir a buscar y escuchar a través de los líderes de la organización, cómo está la gente hoy y poder detectar algunas señales que nos permitan generar una luz amarilla para aquellas personas que están necesitando cierto tipo de atención", plantea Sergio Meller, fundador y director de la consultora Meller, vinculando lo que sucede en la sociedad en general con lo que transcurre en las organizaciones.
En nuestro país, postula Mega, "las administraciones han cuidado en el pasado muy poco a los hospitales especializados en psiquiatría, sin brindar dispositivos alternativos como casas de medio camino, hospitales de día y de noche, ni cubrir los tratamientos crónicos, existiendo en la actualidad alternativas terapéuticas que podrían tener un impacto significativo en su calidad de vida y su reinserción social". Frente a ello, Antonowicz propone: "Aranceles más acordes con los profesionales que atienden a sus afiliados, más guardias con dispositivos de atención en urgencias en salud mental con psiquiatras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales y terapistas ocupacionales".
Finalmente, para el integrante de la Asociación Argentina de Psiquiatras es imprescindible contar con una nueva Ley de Salud Mental que mejore a la vigente -que busca reducir costos-, "y que ampare el respeto a los pacientes y familias, y a todos los profesionales de salud mental de la Argentina".