París ordena la expulsión de 231 extranjeros sospechosos de fanatismo islámico
Emmanuel Macron reunió en el palacio del Elíseo en la tarde de hoy un Consejo restringido de seguridad y defensa, con su jefe de gobierno, el Jefe de Estado Mayor de los Ejércitos y seis ministros, para coordinar las medidas a corto y medio plazo contra el terrorismo yihadista, tras la decapitación de un profesor en Conflans-Sainte-Honorine, al oeste de París .
Horas antes de comenzar el Consejo, Gérarld Darmanin, ministro del Interior, había ordenado la expulsión de 231 extranjeros en situación irregular, fichados como yihadistas potenciales.
Se trata de un indicio claro y expeditivo de las normas policiales que irán adoptándose con cierta rapidez: más mano dura en el control de extranjeros en situación irregular y franceses musulmanes sospechosos de radicalización.
Anoche, el presidente dispuso con sus ministros de Interior (Gérald Darmanin) y Educación (Jean-Michel Blanquer) las nuevas medidas de seguridad que se aplicarán en escuelas, institutos, universidades, con un colofón capital: apretar las tuercas de la próxima ley contra el «separatismo musulmán», cuya redacción está ultimándose y debiera discutirse y aprobarse en la Asamblea Nacional (AN) el próximo mes de diciembre
El refuerzo de la política de seguridad interior tiene muchos flecos internacionales, diplomáticos y militares. Macron dispuso con su ministra de la Defensa (Florence Parly) y el jefe de Estado Mayor de los Ejércitos (François Lecointre) las dimensiones internacionales de la amenaza yihadista, que son muchas. La nacionalidad rusa (chechena) y pakistaní de los autores de los últimos atentados terroristas, en París, recuerda la importancia de la cooperación y el espionaje internacional. La liberación de una rehén francesa, días pasados, en Malí, convertida al islam, durante su cautiverio, recuerda la importancia crucial del frente africano de la amenaza yihadista. En ese terreno, el general Lecointre ocupa un puesto capital en el sistema de seguridad nacional.