El brote de COVID-19 detectado en Tudela a raíz de una boda suma ocho nuevos casos, por lo que ascienden a 31 los positivos confirmados, según ha informado la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Indurain. Uno de los nuevos casos se ha detectado en un centro de personas con discapacidad, según ha adelantado la Cadena Ser.
La consejera ha dado a conocer estos datos en declaraciones a los medios de comunicación en el Hospital Reina Sofía de Tudela, al término de una reunión con el equipo sanitario de esta área de salud. La cifra de casos podrían aumentar en las próximas horas puesto que se continúan realizando pruebas durante todo el día de hoy, ha añadido la consejera.
Induráin, quien ha destacado que tienen "una sospecha muy fuerte" sobre cuál es el "paciente cero" del brote, ha indicado que los novios de la boda están localizados y se les han hecho pruebas.
A todas las personas asistentes a la boda, hayan dado positivo o negativo en el test, se les mantiene en aislamiento. Se trata en total de unas cien personas, ha dicho la consejera, quien ha apuntado que de momento el Gobierno de Navarra no se plantea tomar medidas más allá de la detección de contactos estrechos, aunque "ésta es una situación dinámica, evaluable, y no se descarta que igual puede haber otra serie de medidas de este tipo".
Además de este brote, el Gobierno de Navarra comunicó este jueves la existencia de otro en ese caso en Pamplona con cinco personas afectadas de un mismo entorno familiar.
En relación al brote de Tudela, que ha tenido su origen en una boda, la consejera ha señalado que en la ciudad se han "blindado" los centros sociosanitarios y en concreto en las residencias de mayores se han suspendido las salidas de usuarios y se han restringido las visitas.
En Tudela hay además un positivo en un centro de personas con discapacidad que parece no tener relación con el brote registrado en la ciudad. Se están realizando pruebas PCR tanto a residentes como a trabajadores del centro.
La consejera ha hecho un llamamiento a la utilización de mascarillas en espacios abiertos o cerrados. "De momento es nuestra indicación, pero analizando pros y contras de otras medidas que están encima de la mesa", ha comentado Induráin, quien ha pedido que se extreme la prudencia en las reuniones familiares y sociales.
Induráin ha afirmado que, "afortunadamente, esto no tiene nada que ver con lo de marzo", lo que "no quiere decir que eso nos tenga que relajar, que nos tenga que tener más tranquilos en la toma de una serie de medidas que son las que se han demostrado efectivas".
Las tres residencia de mayores de Tudela han decidido asilarse del exterior tras el brote de coronavirus detectado entre los asistentes a la boda, por lo que las 350 personas que viven en ellas no podrán recibir visitas ni salir fuera de sus instalaciones.
Así lo ha anunciado, también, el alcalde Alejandro Toquero, tras contactar con los responsables de los tres centros y decidir aplicar a Nuesta Señora de Gracia y Torre Monreal lo que ya ayer decidió la Casa de Misericordia. "Lo hacemos por seguridad, para adelantarnos a posibles acontecimientos", ha dicho en unas declaraciones a los medios de comunicación en las que ha subrayado que "tenemos que proteger a los mayores porque son la gente más vulnerable" y "adelantarnos es vital".
Toquero ha señalado además que esta mañana se reunía en el Ayuntamiento con la consejera de Salud, Santos Induráin, para analizar los últimos datos del brote y las posibles medidas a tomar "siempre en coordinación" para intentar evitar su expansión.
Aunque el alcalde ha indicado que corresponde a las autoridades sanitarias ofrecer los datos sobre la evolución del brote, sí ha comentado que los conocidos el jueves 9 por la tarde, con 23 personas infectadas, se corresponden a la jornada del miércoles y desde entones se ha seguido realizando pruebas PCR a los contactos y a "contactos de contactos", por lo que "los positivos seguramente crecerán".
"Se están analizando desde el paciente cero todos los contactos" y "haciendo un recorrido por los espacios" en los que estuvieron los invitados de la boda, ha explicado, y ha agradecido la actitud de dos bares que, aunque sus trabajadores han dado negativo, han decidido voluntariamente cerrar y desinfectar los locales.
Por eso ha pedido a la ciudadanía que no haga caso de rumores ni bulos que circulan por las redes sociales y que, como referencia, tomen únicamente la información oficial que proporcionan el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Tudela.
"Pondremos todos los recursos necesarios para frenar cuanto antes este rebrote, pero también necesitamos de la responsabilidad de los ciudadanos, que no se relajen y no olviden cómo estábamos confinados hace dos meses", ha instado Toquero.
Y ha defendido el uso de la mascarilla "sí o sí para el bien de todos, en recintos interiores y en el exterior", el mantenimiento de las medidas de higiene y la distancia social, y acudir con rapidez a los centros sanitarios si se tiene algún síntoma compatible con coronavirus. Una "responsabilidad" que espera especialmente en las próximas fechas, cuando Tudela no podrá celebrar sus fiestas patronales.
De hecho ha subrayado que el Ayuntamiento, a fin de evitar aglomeraciones, no va a permitir sacar a la calle música ni barras, ningún acto de ocupación de la vía publica, ni tampoco la ampliación de terrazas ni horarios a los establecimientos de hostelería.
Impacto en la hostelería
El rebrote de COVID-19 tras la celebración de una boda en Tudela ha pillado por sorpresa a los hosteleros y comerciantes de la capital ribera, que ahora se enfrentan con "miedo" e "incertidumbre" a las consecuencias que pueda acarrear en sus negocios esta nueva ola de contagios.
Este hecho, según han informado desde la Asociación de Comerciantes del Casco Antiguo de Tudela, ha metido "el miedo en el cuerpo" a los vecinos de la ciudad y de los pueblos colindantes, que han preferido "no salir de casa" y, por tanto, no ir a comprar, algo que, después de tres meses de cierre por el confinamiento, puede provocar un "destroce económico" irreversible en la zona.
También la abogada y la gestora de la "Asociación Tudela Ciudad Comercial", Isabel Clemente, admite que "no ha parado de trabajar" durante el confinamiento para salvar la situación de muchos negocios que ya acarreaban consigo "unos años malos" y asegura que algunos no soportarían un nuevo confinamiento.
Una opinión que comparte Ladislao Aranda, que, junto a sus hermanos, regenta dos zapaterías en el centro de la ciudad, y que cifra en más de un 25 % los comercios que "no aguantaría si tuviera que volver a cerrar", aunque se muestra optimista por el hecho de que, si ocurriese, les "pillaría más preparados" para afrontar la situación.
Aranda explica que la pandemia ha hecho "tambalear" su negocio familiar de más de 80 años de antigüedad, llegó "en el peor momento de todos". Por ello, pide a la ciudadanía "que se tome en serio" la situación, ya que, "si fuera a más, sería dramática" para todos los comerciantes que ya están "tocados".
Por el momento, se conoce que los asistentes de la boda frecuentaron diversos bares de la ciudad, pero Aranda asevera que, de conocerse cuáles son, o, si llegasen a cerrar, tendrían "el sambenito colgado para quince días o incluso meses".
Este fin de semana se presenta "duro" para los hosteleros tudelanos, que ya comienzan a ver "menos gente en las terrazas" y afrontan una situación "complicada" y de grandes pérdidas tras la cancelación de la Semana de la Verdura, Semana Santa, y, en los próximos días, las fiestas de Santa Ana.
El encargado del Bar Aragón y vicepresidente de la Asociación de Barmans de Navarra, Francisco Pelarda, apela a la "responsabilidad" del sector hostelero, pero critica la "incongruencia" del hecho de que los empleados deban llevar mascarilla y, sin embargo, el 90 % de los clientes de las terrazas no se la pongan, lo que provoca un aumento en el riesgo de contagio.
Aun así, el cierre es la última opción para un sector que califica de "mortal" las consecuencias de un nuevo e hipotético confinamiento en la zona, que podría acabar hasta con el 40 % de los locales de la ciudad y con "muchos puestos de trabajo". Los que sí han tomado la decisión de "cerrar" son las residencias de ancianos de la localidad, que han prohibido las visitas y las salidas al exterior con el objetivo de "evitar la transmisión del virus" y "romper la cadena de contagios".
Aun así, tanto en la Casa de Misericordia como Nuestra Señora de Gracia aseveran no tener constancia de "ningún caso activo ni de sospechas de posibles contagiados entre empleados ni residentes", y afirman que es una decisión preventiva que se mantendrá "hasta que la situación quede controlada".