Vivimos tiempos raros raros, que diría Julio senior, pero incluso en estos días hay sitio para el surrealismo cultural más bizarro. ¿Quién podría imaginar que Chayo Mohedano tendría un conflicto de derechos de autor con Anton Corbijn, el prestigioso fotógrafo y realizador especializado en música? Él mismo ha sido bien ha destapado lo que parece ser un flagrante plagio de su obra, afeando considerablemente el nuevo lanzamiento discográfico de la cantante de Torrejón de Ardoz.
Hace dos meses, Lanzadera Music mostró en las redes sociales la portada de «Rosa de febrero», el nuevo single que la hija de Rosa Benito ha dedicado a su madre. Durante semanas nadie se había percatado de nada, pero el pasado fin de semana la imagen le llegó a Corbijn (váyanse ustedes a imaginar cómo) y no dudó en dejar un comentario en la cuenta de Instagram de Chayo: «Qué original». Algunos usuarios cayeron entonces en la cuenta: la portada era casi idéntica a la del álbum «Violator» de Depeche Mode, una de las muchas que ha diseñado Corbijn.
Uno de ellos fue el músico y productor español Guille Mostaza, que convirtió en trending topic su descubrimiento. «Todo comienza un feliz 24 de abril, justo cuando Chayo Mohedano decide enseñar la portada de su inminente trabajo, diseño que copia descaradamente la de Violator, de Depeche Mode, hecha por el enorme Anton Corbijn en 1990, que al ver el plagio no puede evitar dejar un comentario en la cuenta de la cantante», relata en Twitter el artista, muy conocido en la escena indie por su antiguo grupo Ellos (ahora acaba de publicar «Desventura», el segundo disco de su proyecto Mostaza Gálvez). «A partir de ahí empieza el delirio hasta que Chayo acaba borrando la publicación y cambiando la portada. Este país es maravilloso».
Efectivamente, Chayo Mohedano ni siquiera ha intentado defenderse de las acusaciones de plagio, ha retirado la portada de su single de todas las plataformas digitales y no ha hecho comentario alguno sobre la pillada «in fraganti». Sólo ha retuiteado un mensaje de una supuesta seguidora que ha querido apoyarla recopilando portadas de discos que «el destino quisieron que compartieran similitudes en la idea creativa». O sea, utilizando el argumento de «todo el mundo lo hace». Lo curioso es lo bien informada que está esa presunta fan: «No existe plagio, es una rosa encargada adrede de creación propia. Ha pasado todos los filtros que se pasan desde la distribuidora central. Se ha cambiado porque se ha hecho una reedición para actualizarla ya que ha cogido en pleno confinamiento la promoción», sentencia en un tuit que ha recibido varias respuestas irónicas: «Hacer la misma rosa, partida de la misma manera, con el titulo ubicado en el mismo punto, usando tipos de letras similares.... pues un poco plagio si que es. Hay maneras de hacer tributos y homenajes más sutiles que calcar una portada como si fueras un niño de cinco años».
