Las protestas en Barcelona han llegado a uno de los iconos culturales de la ciudad condal. El Liceo de Barcelona acogía esta noche una función de Turandot, en la que el público ha sofocado gritos independentistas.
El altercado se ha producido antes de que se iniciase el tercer acto, con la sala ya a oscuras. En ese momento, alrededor de dos docenas de personas han empezado a gritar en catalán «Llibertat! Llibertat!» («¡Libertad! ¡Libertad!). Este grupo de independentistas han mostrado, también, banderas en defensa de los líderes secesionistas en prisión pidiendo su puesta en libertad.
Algunos de ellos, incluso, iban vestidos con camisetas reivindicativas de Òmnium y en las que se podían leer esloganes políticos. Una indumentaria que constrataba con la del resto del público, que lucía un vestuario adecuado a la ocasión.
Al instante, tres o cuatro segundos después de la irrupción de este grupo, el teatro ha respondido desde todas las zonas del mismo con sonoros abucheos, silbidos y gritos de «fuera, fuera». Una respuesta inesperada que ha cambiado el guion de los secesionistas, que han empezado a entonar «Visca Catalunya libre!» (¡Viva Cataluña libre!) después de que alguien haya gritado «¡Viva España!». Un cántico que ha sido secundado con varios vivas.
Toda esta performance ha terminado cuando el director de orquesta, Josep Pons, ha retomado la función y se ha levantado el telón.
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Una de las paradojas de esta Barcelona bipolar es que mientras está ardiendo la Gran Vía, el Gran Teatro del Liceo presentaba un lleno casi absoluto para estas funciones, que conmemoran el vigésimo aniversario de la reapertura del coliseo de la rambla después del pavoroso incendio que lo devastó en los 90.
