El estadounidense visitó Barcelona con motivo del lanzamiento de la película «El camino», secuela de la serie «Breaking bad», que Netflix presentó en el Festival de Cine de Sitges.
P - ¿Echó de menos a Jesse?
R - Sí, lo amo, respiré lo mismo que él.
P - ¿Todo?, ¿también las drogas?
R - No, no tanto, pero experimenté casi todo lo que le pasó, porque lo retraté en cámara. Tuve que pasar por esas emociones y machacarme en la preparación. Es una parte de mi vida.
P - ¿Qué comparte con él?
R - No mucho, su corazón, porque casi siempre está en un buen lugar, aunque su camino sea equivocado.
P - Por sus circunstancias.
R - Sí, durante «Breaking bad» era un chico perdido, que se juntó con las personas equivocadas. Muy en el fondo él es bueno y amoroso, pero fue forzado a hacer cosas horribles, de las cuales es culpable, no digo que no lo sea.
P - ¿Qué fue lo más difícil de ser él?
R - Que es un torturado, el más torturado que he representado. Siempre está destruido emocionalmente, con el agua hasta el cuello. En «El camino», logra salir del cautiverio, gritando, llorando, riendo, con miedo, todo al mismo tiempo. Es como una montaña rusa.
P - ¿Aprendió su lección?
R - Sí, aprendió muchas. Se reformó, pero no es libre ni ha sido absuelto. Tendrá que esconderse de por vida.
P - Otro final abierto...
R - Fue más abierto el de la serie. Esta es una carta de amor a Pinkman. Creo que Gilligan hizo una gran labor al darle este cierre y despedida. No necesitaba hacerlo; yo no lo esperaba, ni nadie más.
P - ¿Teme ser encasillado en su personaje?
R - Tengo una carrera y mucha suerte, trabajo cuando quiero; tengo una vida hermosa, no estoy preocupado por eso. Pero, una cosa, estoy feliz de no tener que hacer ya publicidad que antes estaba forzado a hacer, eso sí.
P - ¿El universo lo trajo hasta aquí?
R - Sí, una decisión puede cambiar tu vida, pero también necesitas suerte.
P - ¿A qué se refiere?
R - Iba a la Berlinale a presentar una peli cuando hice la prueba para «Breaking bad». El día anterior al viaje, lo cancelé. Cuando todos seguían allá, tuve mi audición como Jesse. Tuve suerte.
P - ¿El universo?
R - Así es.
P - ¿Qué significa su tatuaje, «No half measures»?
R - Significa que hay que apostarlo todo siempre, no importa lo que hagas, creer 100% en ello e ir detrás de tu sueño. Seguir tu camino.
«Bryan Cranston me enseñó que se puede ser profesional y divertirse»
Aaron Paul, el pasado fin de semana en Sitges- Efe
Mariló García
El final de «Breaking bad» fue visto por 10 millones de personas en EE.UU. Seis años después, su creador, Vince Gilligan, se adelanta a David Chase y su precuela de «Los Soprano» con «El camino», su debut como director, con guion en solitario y mayor presupuesto que cualquier episodio. Quería regalar a los fans un desenlace a la altura para Jesse Pinkman.
Aaron Paul dudó. Le había costado alejarse del personaje, pero confió en Gilligan. «Breaking bad» fue la primera serie de cable que se benefició del impulso de Netflix, que ha devuelto a la vida a Pinkman. Y, a modo de flashback, a Walter White, interpretado por Bryan Cranston. «Es mi mentor, he crecido gracias a él. Me enseñó que se puede ser profesional y divertirse a la vz», comentó a ABC el sábado en Sitges.
Con Cranston ha lanzado una marca de mezcal, Dos Hombres, así, en español, como el estilo de su nueva casa en Los Feliz. Que lo volvamos a ver en «Better call Saul» sigue siendo una incógnita.
