José Ángel Prenda, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero tendrán que cumplir la condena que les fue impuesta por el Tribunal Supremo por la violación de una chica durante la celebración de los Sanfermines de 2016 en prisiones fuera de la provincia de Sevilla.
Así lo han aprobado este jueves los miembros de la junta de tratamiento del centro penitenciario de Sevilla I, donde se encuentran de forma provisional desde el pasado 21 de junio, cuando el Tribunal Supremo, estimando los recursos de la Fiscalía y las acusaciones, elevó la pena de cárcel de nueve a 15 años para cuatro de ellos y a 17 años para el exagente de la Guardia Civil Antonio Manuel Guerrero. Para los cinco magistrados del Alto Tribunal, los hechos que ocurrieron en Pamplona hace más de tres años constituyen una violación y no un abuso sexual.
Aquel viernes 21 de junio, inicio del verano, los cinco miembros de la Manada fueron detenidos y enviados directamente a Sevilla I, una prisión para reclusos preventivos y penados con condenas cortas y donde han pasado las últimas semanas con un comportamiento «normal» y sin causar ningún tipo de problemas.
La junta de tratamiento, que ha clasificado a los cinco sevillanos como presos en segundo grado, el más habitual entre los penados, ha aprobado que los condenados cumplan sus penas de cárcel en centros de otras provincias y no en Sevilla como así era el deseo de Prenda, Boza, Guerrero, Cabezuelo y Escudero, aunque aún está por definir en cuales, algo que cuya competencia recae en la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
Decisión de Instituciones Penitenciarias
En la citada reunión de la junta, según han señalado a ABC fuentes penitenciarias, se ha desestimado por no considerarse recomendable la petición inicial de los condenados de cumplir los años que tienen entre rejas en Sevilla. No obstante y tras el rechazo de lo planteado, se le ha vuelto a escuchar y han propuesto nuevos centros penitenciarios, que van desde
Estremera (Madrid), Albocasser (Castellón), Salamanca, Puerto III (Cádiz), Córdoba o Huelva, centros que recogen los requisitos estimados para el cumplimiento de las penas de cárcel de los cincos sevillanos.
Habitualmente, en un plazo de una o dos semanas, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias debería fijar el destino definitivo de los cinco miembros, si bien, por estar en periodo estival, la decisión podría alargarse y no producirse hasta septiembre.
Guerrero en Estremera
En el caso de Antonio Manuel Guerrero las posibilidades se reducen al ser ex guardia civil. Guerrero es un «Fichero Interno Especial Seguimiento» (FIES) y, en concreto, número cuatro, que hace referencia a miembros de cuerpos y fuerzas de seguridad como el Instituto Armado, Policía Nacional, Policía Local y el Ejército y a funcionarios de prisiones, que por pertenecen o haber pertenecido a estos colectivos profesionales, cuya integridad física y seguridad es preciso proteger.
Estos presos tienen un régimen especial de vida dentro de las prisiones, así como en cuanto al control se refiere. Por ejemplo, no salen al patio al mismo tiempo que los demás. Sólo existen módulos para los FIES 4 en Sevilla y en Estremera, por lo que será este último su destino.
La junta de tratamiento, igualmente, ha aprobado este jueves la clasificación de los cinco miembros de la Manada como presos de segundo grado, siendo éste el más habitual entre los penados. El primer grado suele ser para presos más «inadaptados o problemáticos» en la vida en la cárcel. Los de tercer grados son los que pueden disfrutar de un régimen de semi libertad y, habitualmente, están en Centros de Inserción Social.
Los presos de segundo grado, cuando cumplen una cuarta parte de la pena fijada por el tribunal en la sentencia condenatoria, pueden solicitar beneficios penitenciarios como permisos.
