Al Sportíng cedió otra vez dos puntos, en esta ocasión ante el Rácing, en un partido que controló en la primera parte pero en el que no supo aprovechar las numerosas y claras ocasiones de gol que tuvo.
El entrenador del Sportíng, José Alberto, sorprendió con la alineación en la que había cinco cambios con respecto al equipo que jugó el jueves en Las Palmas.
En defensa devolvió la titularidad a Borja López y situó a Cordero en el lateral izquierdo, mientras que en el centro del campo dio descanso a Javi Fuego y apostó por Cristian Salvador. Las bandas fueron para Aitor García y Álvaro Traver, que relegaron a la suplencia a Carmona y Álvaro Vázquez.
Los cambios de jugadores y también de la posición de Manu García propiciaron un Sportíng mucho más vertical que apenas tardó 40 segundos en crear la primera gran ocasión de gol con un pase de Nacho Méndez a Djurdjevic, que se internó y disparó cruzado ante Luca Zidane, que respondió con una gran parada.
Los locales superaban al Racing en la lucha en el centro del campo y en esa zona Traver robó el balón a Kitoko y se lo pasó a Djurdjevic, que se escoró demasiado y permitió al portero del Rácing tapar muy bien su disparo.
Djurdjevic volvió a cruzar demasiado otro disparo poco después en una fase del duelo en la queManu García estaba siendo una pesadilla para sus rivales con sus pases y sus regates.
En uno de ellos envió el balón a Aitor García, que disparó ligeramente alto.
Tanta llegada del Sportíng acabó por dar sus frutos en una jugada iniciada por Manu García y prolongada por Traver que culminó Nacho Méndez desde el borde del área con un potente tiro (m.39).
El Sportíng pudo haber resuelto el partido si Djurdjevic hubiera aprovechado cualquiera de las tres ocasiones que tuvo en la primera parte o las dos de que gozó en los cinco primeros minutos de la segunda, pero el conjunto asturiano demostró una vez más que no sabe cerrar los encuentros.
El juego del Rácing giraba en torno a las acciones de Lombardo y Yoda, en especial este último, que amargó la vuelta a la titularidad de Cordero.
Como le sucede últimamente al Sportíng, tras numerosas ocasiones desperdiciadas, el rival se vino arriba y se hizo con el control del partido y en el minuto 69, Yoda, desmarcado, lanzó un potente disparo y equilibró el marcador.
En el tramo final del partido, los intentos de ambos equipos fueron más con el corazón que con la cabeza y el marcador no se movió a pesar de que Lombardo tuvo una última ocasión en una falta que repelió Mariño.
