¿Cuándo dejará de caer la economía?: los escenarios en V, L, W y la "pipa de Nike"
El Gobierno apuesta a una recuperación fuerte en V, pero no suma consenso entre los analistas. Las expectativas giran en torno a una recuperación lenta en el mejor de los casos, con volatilidad o un tope sostenido.
La actividad económica tuvo en enero una caída del 4,3% en comparación con el mismo mes de 2023 y del 1,2% respecto de diciembre. Así, acumula tres meses de caída consecutivos. El presidente Javier Milei le aseguró a su Gabinete que la Argentina "ya está muy cerca de llegar a la V". ¿Qué dicen los especialistas?
Desde el Gobierno señalaron en múltiples oportunidades que "lo peor" del ajuste iba a ser en marzo y abril, y que luego habría una recuperación igual de rápida que la caída, es decir, un esquema en V. El déficit cero, el aumento de las reservas y la baja de la inflación abonarían a esta expectativa.
Sin embargo, entre los analistas que siguen la evolución de la economía, no predomina la expectativa de que la recuperación se de en V, sino más bien plantean distintas variables: desde la clásica "pipa de Nike" hasta la evolución en L, pasando por la recuperación en W.
La 'pipa de Nike'
El escenario más cercano a una V es la ya conocida pipa de Nike, que significa una recuperación más lenta y a más largo plazo. Sebastián Menescaldi, director en la consultora EcoGo, planteó que ven una recuperación que va a ser más tardía.
"En principio, porque parte del programa económico se basa en la recomposición del balance del Banco Central, con lo cual necesitas si o si juntar dólares. Hoy, sin crédito en el sector público, el sector privado tapado de deudas, la única forma que vemos de conseguir dólares es manteniendo el nivel de actividad medio pisado o bajo. No se puede recuperar tan rápido (la actividad), porque si te recuperas muy rápido vas a ir en contra de la acumulación de reservas".
Al considerar esta condición de acumulación de dólares como pilar del programa económico, Menescaldi concluyó: "Por lo pronto, por eso estamos previendo que la recomposición de la actividad va a ser un poco más lenta y recién a mediados del próximo año podríamos volver a estar en niveles similares a los que tuvimos a fines del año pasado, esto si todo marcha bien".
W: el nuevo panorama
Otro escenario de recuperación que gana adeptos es el de la W, que implicaría a rasgos generales un rebote rápido pero de corto alcance, motivado por la liquidación de la cosecha, pero difícil de sostener a partir de la caída de los sectores vinculados a la demanda interna.
Leandro Zicarelli, analista económico y autor del podcast "Financiero, Monetario e Irreverente" (FMI), anticipa un escenario de recuperación con volatilidad.
"En términos técnicos, la recesión hay una probabilidad que termine en el segundo trimestre del año por el efecto estadístico del agro. Por ahí para mayo o junio hagamos piso y podamos rebotar un poco. Eso puede estar incluso acompañado por una mejora del salario registrado", dijo Zicarelli.
El último dato de los salarios difundido por el Indec informó que en enero estos subieron un 16,4%, más de 4 puntos porcentuales por abajo de la inflación para el mismo período. Este escenario se agrava cuando se miran los salarios de los trabajadores no registrados (11,2% en el mes) y los del sector público (12,1%). Los únicos que se acercaron a la inflación fueron los del sector privado registrado, que subieron 20% en el mes.
Zicarelli agrega: "Si el proceso de desinflación sigue yendo tan rápido y se activan las cláusulas de muchos sindicatos, que están atadas a la inflación pasada, como va bajando te puede dar una mejora del salario real de muy corto plazo, muy marginal, que puede ayudar a que el consumo no caiga tan fuerte, que la industria baje la velocidad con la que está cayendo. Con el agro rebotando podes hacer piso y tener un leve rebote en el segundo trimestre".
"No creo que en el tercer trimestre logres armar una V, porque inmediatamente después de eso viene el proceso de eliminar restricciones cambiarias y eliminar el cepo", comenta sobre una de las preguntas que ha reflotado con intensidad en las últimas semanas, y sobre la que el Gobierno ha arriesgado que necesita cerca de u$s 15.000 millones para resolver. "Ahí el riesgo que puede haber es que tengas algún principio de presiones cambiarias, de suba del tipo de cambio, va a bajar el salario real, va a meter ruido en los precios, haga recortar un poco (la recuperación) y estancarse otra vez".
Sobre el repunte, concluye: "Si llegas al último trimestre del año con todo acomodado, el cepo levantado y la inflación convergiendo hacia abajo, podes tener un último trimestre de rebote, aunque es verdad que no hay mucha expectativa con la cosecha fina".
Respecto de los otros escenarios, los considera limitados: "Yo una L no se si veo todavía, una V también me cuesta, porque tampoco veo un rebote tan violento. En última instancia, el único que va a empujar va a ser el agro. Para tener un rebote en V necesitas que la industria se suba y, con estos salarios y la liberación del cepo, va a costar mucho que recupere en forma de V. Por eso pensaba un escenario de crecimiento con algo de volatilidad que puede dar una especie de W".
Sin embargo, Zicarelli señala que todavía es un escenario sin definir: "Es una discusión abierta, plantee la W porque hay un paso que están subestimando que es la salida del cepo. Probablemente sea gradual, pero por los stock acumulados, una vez que los liberes se van a convertir en un flujo que pueden cambiar la ecuación y hacer que el tipo de cambio vaya para arriba y se desencadene una situación medio compleja durante algunos meses del tercer trimestre".
En el mismo sentido se expresó Fernando Morra, director de Suramericana Visión, el think tank del exministro de Economía, Martín Guzmán: "Es bastante más probable una especie de W con una cola muy larga hacia el final. Vos venís de una caída, que sería la primera pata de la W, y es muy probable que en el dato desestacionalizado vayas a ver algún detenimiento de la caída de la actividad, porque la cosecha se recupera de un golpe muy grande del año anterior. Eso va a permitir maquillar de alguna manera el impacto muy grande que tenes de caída de la demanda".
La expectativa, según el exviceministro de Economía, está sujeta al mercado interno: "El resto de la economía debería moverse al ritmo de la demanda, que uno pensaría que va a encontrar un piso a la caída entre febrero y marzo, y una leve recuperación a lo largo del año, porque van a encontrar un piso a las jubilaciones, los salarios, si es que no hay un salto cambiario. En ese caso, estamos en un escenario donde la actividad hace un crecimiento moderado a mitad de año por el agro y después empieza a recuperar pero más lentamente y no llega a los niveles que tenía el año anterior".
"En general, es un escenario bastante pobre de actividad que puede estar muy afectado por la apreciación cambiaria, que puede volver a muchas industrias no competitivas, con una suba bastante importante del desempleo y donde a la industria le cuesta mucho poder generar los mismos niveles de producción del año anterior", concluye Morra.
Escenario en L
"Yo creo que esto termina en una L", sentencia Lucia Cirmi, economista de Paridad en la Macro y autora de "Economía para sostener la vida". "En principio porque no veo cuál sería el factor de reactivación de la economía".
"Si uno mira que los salarios no se recomponen, que el proceso que se está dando, que todavía no terminó de impactar la apertura de importaciones, que pega sobre la industria y que hoy tenemos noticias de despidos en los sectores que más registran, mejor pagan y más trabajo generan, es un poco difícil pensar cuál sería el motor de la reactivación", enfatizó la economista.
En ese sentido, consideró que "en el mejor de los casos, el Gobierno podría llegar a moderar la inflación, aunque todavía no estamos viendo eso, pero uno puede saber cuánto salen las cosas pero, si no tenés un trabajo, no tenés un salario para comprarlas. Yo creo que ese puede llegar a ser el escenario, sobre todo porque el ajuste del Estado tiene un rol central en la recesión económica", agrega Cirmi.
Sobre el efecto que se puede esperar de la liquidación de la cosecha, sostiene: "Puede llegar a aliviar el frente externo y con ello las presiones de devaluación, pero no por eso (llevar a) la reactivación de la economía".