El fiscal se quiebra al reconocer que Cursach, el 'rey de la noche' balear, no cometió delito alguno: «Es un fracaso de la Justicia»

«Que un fiscal retire la acusación es un hecho extraordinario, grave, que se produce muy pocas veces». Son palabras del fiscal de Anticorrupción Tomás Herranz, «el de Madrid», como le conoce la prensa balear, que fue enviado a Palma de Mallorca para calibrar la magnitud del naufragio del sistema de Justicia en la macrocausa sobre el empresario Bartolomé Cursach y que se ha acabado quebrando en la última sesión de la vista oral al reconocer que el supuesto mayor mafioso que habían conocido las islas y el resto de acusados que poblaban el banquillo «han sufrido una injusticia». «No han hecho nada delictivo. No lo han hecho» , ha asegurado. Era la sesión número 38 de un juicio que a priori, iba a durar el doble y al que los fiscales Herranz y Juan Carrau llegaron cuando el 'trabajo' ya estaba hecho: la causa contra Cursach comenzó a instruirse en el año 2014, él fue detenido en 2017. El auto de procesamiento era firme, como el de apertura de juicio oral. El escrito de acusación, dirigido contra 17 personas entre empresarios y policías locales, estaba ya redactado. Pero esa labor la hicieron dos personas. El juez instructor Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán. Ambos, a su vez, han acabado acorralados en el Tribunal Superior de Justicia de Baleares. En un auto de más de 300 páginas al que tuvo acceso ABC, se les enfiló al banquillo el pasado mes de septiembre por tropelías al frente de investigaciones como la que ahora se acaba de enjuiciar. Noticia Relacionada estandar No El principal hostelero del ocio de Baleares, absuelto tras la retirada de la última acusación S.E. Tras la absolución de Cursach, únicamente queda una acusación contra dos agentes de la Policía Local de Palma Se trata de hechos como haber adoptado medidas lesivas de derechos fundamentales, desde escuchas a prisión provisional, a partir de testigos protegidos «y anónimos», subrayaría Herranz, cuya credibilidad no se había contrastado. También de presuntas coacciones a otros para inclinar la balanza en favor de sus propios criterios en la investigación. Ya el martes, en una breve intervención, los fiscales pidieron al tribunal que ordene investigar las razones por las que uno de los acusados, ahora absuelto, fue detenido y encarcelado en primer lugar. Ese proceso en el TSJ no ha abarcado todas las medidas cautelares que Subirán promovió y Penalva acordó a lo largo de las pesquisas. Ni cohechos ni coacciones ni policía a medida A lo largo de su informe, el fiscal de Anticorrupción ha ido desgranando todo aquello que no se ha sostenido en el juicio y que tampoco se sostuvo instrucción. Como la acusación de cohecho sobre varios policías locales que habrían recibido servicios sexuales gratuitos a cambio de favores, y de lo que no se proponía ni una prueba ni un testigo para la vista oral; o pases VIP para un importante gimnasio, cuando la Guardia Civil esclareció ya al principio de la causa que ninguno de los acusados era usuario o cliente del mismo. Tampoco se acreditó que a cambio ellos prestasen, como sostenía el escrito de acusación, un servicio a medida de Cursach que machacaba a la competencia con inspecciones arbitrarias y sus consecuencias administrativas. Varios de los dueños de locales supuestamente perjudicados declararon en el juicio que operaban sin licencia o quebrantando sus límites, como uno con un bar con aforo de 200 personas que tachó de «minucia» que entrasen 800. Se justificaba así que estuvieran bajo la lupa. La «muerte civil» sin una sola prueba Uno por otro, el fiscal ha ido desgranando todos los hechos que se han desmontado de esta causa por la que varios de los acusados pasaron meses privados de libertad y todos sufrieron un profundo descrédito. Es ahí, en «la calumnia» donde Herranz ha puesto el acento al final de su intervención. Citando «La Calumnnia» de Rossini en el Barbero de Sevilla ha venido a denunciar que tanto al juez como al instructor y al equipo de policías antiblanqueo que llevaron la causa les «susurraron al oído» una versión y «les aturdieron el cerebro». «El grupo de investigadores perdió el sentido», ha llegado a afirmar. «Y lo peor, o no sé si lo peor, porque ya es bastante fuerte estar inmerso en un proceso penal y todavía más ser privado de libertad; pero cerca de lo peor, está que todo esto se publicara. Que se publicara continuamente e inmediatamente y no se hiciera nada para impedir esta publicación, si es que no se alentaba. Y se consiguió ese efecto hasta hoy: la muerte civil de los acusados», ha señalado Herranz. Precisamente sobre este asunto, el letrado de un jefe policial de Palma, Jaime Campaner, elevó una petición poco usual a la Sala en la sesión de este martes: que se hiciera constar en la sentencia que la formación de la causa no perjudica la imagen de su cliente . El resto de defensas se fueron sumando en cadena. El daño a la «fama» de los acusados que refería el fiscal, tendrá reflejo en el fallo. En opinión de Herranz, «este procedimiento es un fracaso de la administración de Justicia, un fracaso total (...) en cualquier arco en que uno se sitúe». «Un fracaso reconocido hasta por las acusaciones particulares cuando han manifestado que no ha quedado acreditado ninguno de los hechos del procedimiento», ha añadido, ya al borde de las lágrimas. . La prueba practicada resultó de descargo Todas las acusaciones se han ido retirando paulativamente y las defensas, renunciaron a sus testigos al ver que la prueba que se estaba practicando resultaba de descargo sin excepción. De los 17 que llegaron sólo quedan cargos contra dos policías locales que empuja una particular y son menores. Nada que ver con las graves acusaciones de pertenencia a grupo criminal, prevaricación y coacciones que se imputaban al inicio a Cursach, que se sentó en el banquillo el primer día con una petición de 8 años y medio de cárcel y se sabe absuelto desde hace ya tres jornadas. «Y tan anormal es que para que se produzca una retirada de acusación, el fiscal debe seguir unos trámites», decía el fiscal al inicio de su exposición, para incidir en que no es que vista la prueba, no hubiese bastante para elevar informe. Es que se eleva informe pese a la prueba para «reconocer ante los acusados que han sufrido la injusticia y que el cambio de la Fiscalía obedece a un intento mínimo de reparar el daño . Nada más». Si ya esto era inusual, lo que ocurrió a continuación rompió los esquemas. Acusaciones, acusados y defensas, recibieron su discurso con un sonoro aplauso.