Joao Félix y Morata vuelan
PESTAÑA j1-getafe-atleticomadrid-liga22-23 Crónica 4 COMPONENTE Ficha Crónica 2301594 El Atlético es mejor de lo que era. O eso transmite un día más. Otra vez serio, perfeccionado por atrás con Witsel (lo que necesitaba el equipo era un central no un centrocampista), consolidado en el medio con el triángulo que estaba y redondeado por una pareja de ataque, al fin formada a golpe de meritocracia, infalible: Joao Félix, por supuesto, y Morata, que además conectan, se encuentran, parecen hechos el uno para el otro. El portugués es la calidad que ya se conocía, tan a menudo secuestrada por su jefe, y el madrileño está en racha, luce una versión que asusta, de nueve perfecto. Y así se sacudió el Atlético su estreno con una goleada. Muy buena pinta. Tras la última revisión de Simeone sobre sí mismo, este Atlético enseña electricidad. Una saludable secuencia de vertiginosas maniobras de primera, toco y me muevo, que suceden a una recuperación de pelota, que enredan y desnudan al rival, lo electrocutan. Y como por ahora el equipo además luce pegada (una efectividad descomunal a la que conviene todavía mirar con cierta cautela, por si acaso), el marcador se vuelve un aliado implacable. Así sucedió esta tarde otra vez, en el Alfonso Pérez, en el estreno liguero de los rojiblancos, una prolongación escrupulosa de las excelentes sensaciones emitidas durante la pretemporada. La respuesta rápida a un error (esta vez una mala entrega de Nahuel, al que le acompañan unos adjetivos generosos que aún no se ha ganado), la presión decidida para corregirlo y tener de vuelta el balón y el dañino tic-tic-tic-tic posterior: Lemar, Saúl, Joao, Morata. Cuando el Getafe quiso darse cuenta, el Atlético ya celebraba un gol. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Morata está fino. Se pega una paliza, corre para defender, para asociarse y también para desmarcarse. Se implica en todos los asuntos del partido, baja la pelota para asear la transición, y además ahora está con una puntería brutal, podría decirse que desconocida. Ya fue una trituradora ante el Juventus y también ayer al rematar de primera y a un rincón, sin entretenerse, cada regalo que recibe o se gana. Todos de su socio Joao. Un nueve, nueve. Noticias Relacionadas estandar No Fútbol Los defensas harán de segundo 'nueve' Hughes estandar No Fútbol El Barça vuelve a chocar con la realidad Salvador Sostres Cuando el Getafe se levantó del 0-1, el Atlético recuperó también ciertos defectos que a menudo lo vuelven desesperantes. Esa querencia al paso atrás que tantos disgustos le ha dado. Fue solo un cuarto de hora, el último del primer tiempo, que permitió crecerse a los azulones. Pudieron castigar el retroceso colchonero, pero el remate de Mayoral (igual que luego justo antes del 0-2) tras un pase cruzado que midió mal Nahuel (el Atlético se reencuentra con el viejo dolor de espalda de los laterales que sufría en los tiempos de Juanfran y Filipe Luis). Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP No tiene mal equipo el Getafe. Muerde como de costumbre y maneja la pelota con sentido. Quique Sánchez Flores ha vuelto a armar un bloque interesante, con criterio para llevar la iniciativa y, sobre todo, velocidad para contragolpear cuando la posesión es del rival. Pero el Atlético ha empezado imparable. Todo lo que tira acaba en gol. Los rojiblancos trataron de desdecirse de su paso atrás tras el descanso, alejarse de Oblak, pero el Getafe rondó igual el empate. Esta vez por un mal control de Koke, que ofreció un carrera franca a Mayoral que Enes Unal estropeó al final con un remate a las nubes. Y estaba solo ante Oblak. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP Código APP Pero el que vio el gol fue el Atlético, por electricidad de nuevo, por su pareja letal otra vez. Robó en esta ocasión más arriba (más regalo del Getafe que acierto del recuperador) y lo adornó aún más bonito: un pase profundo de Joao engañando a todos, por dentro hacia Morata y no a la derecha para Llorente como hizo creer al mundo, y otra definición inapelable con la izquierda del repentino goleador infalible. Y hasta Griezmann, que llevaba seis mese sin anotar de rojiblanco, se sumó a la fiesta (otro pase de Joao). El Atlético empieza volando.