La energía nuclear y el gas no son energías sostenibles
Ni la energía nuclear, ni el gas natural pueden considerarse fuentes sostenibles de energía. Así lo reconocen incluso los miembros del comité técnico que asesoran a la Comisión Europea. Sin embargo, así han titulado estos días muchos medios de comunicación. Tal debate tiene que ver con la decisión de la Comisión Europea sobre ambas, de cara a la taxonomía europea.
La taxonomía en realidad se refiere a aquellas energías que son susceptibles de recibir financiación de los fondos europeos. Que el gas y la nuclear estén ese listado abre la puerta precisamente a las inversiones europeas para esas tecnologías. Por lo tanto lo que se está decidiendo tiene que ver con la posibilidad de que la nuclear y el gas puedan recibir esos fondos europeos.
La decisión es sin duda trascendente, aunque no definitiva. El Parlamento Europeo puede obligar a la Comisión Europea a dar marcha atrás si una mayoría suficiente así lo decide. También un número suficiente de gobiernos europeos puede dar al traste con la decisión.
¿Por qué es tan trascedente la decisión?
La decisión emana de las directivas aprobadas para el cumplimiento del objetivo de reducción de un 55% de las emisiones de CO2 en el año 2030. El Pacto Verde Europeo obliga a los países a invertir en reformas ecológicas al menos el 37% de la financiación que reciben del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de 672.500 millones de euros. Por tanto, las tecnologías en esa lista “verde” son susceptibles de recibir esa financiación.
¿Son verdes la energía nuclear y el gas?
No lo son. El gas es un combustible fósil que emite gases de efecto invernadero en todo su ciclo de vida, desde la extracción a la combustión. Por tanto, es contradictorio que se apoye económicamente al gas natural en una estrategia contra el cambio climático. La energía nuclear tiene otro tipo de problemas: fundamentalmente la producción de residuos altamente peligrosos, que siguen acumulándose sin tener una solución para los mismos. Por otro lado los problemas de seguridad asociados ala nuclear son evidentes, desde Chernóbil y Fukushima. Por tanto, calificarlas como “verdes” es un fake.
¿Ayuda esta decisión a la estrategia de reducción de emisiones de la UE?
No, porque desviará fondos que deberían ir a las energías renovables hacia fuentes de generación convencionales como el gas y la nuclear. En el caso de la nuclear, además, no hay tiempo real para poner en marcha nuevas plantas antes de 2030, y es mucho más efectivo para reducir emisiones la inversión en energía solar o eólica. Por tanto es una decisión que objetivamente dificulta el compromiso de reducción de emisiones de la UE, en un 55% para 2030.
Entonces, ¿por qué se toma esa decisión?
Es una consecuencia directa de la presión de los lobbies de esas industrias. En caso de la nuclear, además, responde a los intereses de Francia, cuyo gobierno apuesta claramente por la energía nuclear, y que trata de obtener fondos europeos para su anunciado nuevo programa nuclear.
¿Beneficia a España?
No: España sale claramente perjudicada, ya que en España no hay planes de construcción de nuevas plantas nucleares, ni de gas. De hecho, España tiene un ambicioso plan de desarrollo de las energías renovables que se está poniendo en marcha. Si los fondos se desvían a otras fuentes de energía como la nuclear o el gas, se reduce la cantidad destinada a renovables y por tanto España saldrá perjudicada.
Por todo ello somos muchos quienes pensamos que la consideración de la energía nuclear y el gas como energías verdes en la taxonomía europea es una decisión perjudicial. Y que debe revertirse. La nuclear y el gas no son energías verdes.
(*) Juantxo López de Uralde es diputado de Unidas Podemos en el Congreso y Coordinador de Alianza Verde.
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