Daniel Arroyo: "La Argentina tiene que prorrogar sus pagos y llegar a un acuerdo razonable con el FMI"
En un un mano a mano con El Cronista, el actual diputado se mostró convencido de que la Argentina llegará a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y consideró que el precio de los alimentos hoy es el problema central en el país.
"El precio de los alimentos hoy es el problema central en la Argentina", planteó el diputado Daniel Arroyo en diálogo con El Cronista. Tras estar cerca de dos años al frente del Ministerio de Desarrollo Social, el bonaerense regresó al ámbito legislativo el 10 de diciembre, y ya tiene varias iniciativas bajo el brazo. Entre ellas, algunas que buscan que "la plata rinda".
En un mano a mano con El Cronista, el exministro, que destacó haber cumplido con su tarea de "sostener la paz social" en el marco de la pandemia de Covid-19 mientras formó parte del gabinete de Alberto Fernández, planteó que el gran desafío este año va a ser, justamente, que la plata rinda, consideró que hay que aprovechar los años no electorales para generar consenso, y dio detalles sobre los puntos en torno a las negociaciones con el FMI que comparten dentro del Frente de Todos.
"Estoy convencido de que vamos a un acuerdo razonable con el Fondo", auguró Arroyo, quien consideró que la Argentina "necesita" arribar a un acuerdo con el organismo internacional.
¿Qué balance haces de tus dos años al frente del Ministerio de Desarrollo Social?
Yo fui el ministro de Desarrollo Social de la pandemia. Mi tarea, básicamente, fue sostener la paz social. Y eso se logró. No sucedió lo mismo en Chile, Ecuador Colombia o Perú. La tarea fundamental fue sostener la situación alimentaria. Llegamos a tener 11 millones de personas que recibían asistencia alimentaria, con cierre de actividad, con una caída muy fuerte de la actividad económica. En ese contexto, creo que se logró el objetivo central en la pandemia, que fue sostener la situación social. Cuando digo "se logró" no solo me refiero al Estado y a las políticas públicas. Yo llevé adelante la Tarjeta Alimentar y el plan Potenciar Trabajo. Empezamos con el proceso de urbanización de los barrios, se hicieron varias políticas. Pero más allá de todo lo que hizo el Estado, que fue muy importante, también hubo un gran rol de la red social: de las iglesias, organizaciones sociales, escuelas. Todos tiramos para adelante para sostener una situación que era realmente muy delicada.
Mencionás que se alimentó a cerca de 11 millones de personas. Puntualmente, en los últimos días se conocieron los datos de inflación anual y los lácteos y la carne aumentaron en torno al 60%. ¿Cómo afecta esto a los sectores más vulnerables? ¿Alcanza con Precios Cuidados?¿Funcionó? ¿Cómo ves la renovación del plan?
El precio de los alimentos hoy es el problema central en la Argentina. En materia social, hay dos problemas: el precio de los alimentos y el endeudamiento de las familias. Uno está asociado con el otro: como la plata no alcanza, la gente se endeuda. En el caso de los más pobres, al 200% de interés anual en la financiera de la esquina. El gran desafío este año es que la plata rinda. Es evidente que hay más actividad económica. El tema es cuánto rinde la plata. Tenemos mucha que gente que aun trabajando es pobre o gente que hace changas y a la tardecita pasa por el comedor para retirar los alimentos para llegar a fin de mes. Lo que se llevó adelante y lo que reforzó el Presidente con los 1300 productos de Precios Cuidados sirve, sobre todo, para tener una referencia: partir de la base de cuál es el precio de los productos de la canasta básica aporta.
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Y desde el Congreso, ¿qué se podría aportar en ese sentido?
Yo voy a trabajar en eso en el Congreso con tres cosas más. Uno, que el productor venda directamente al consumidor. Hay que fortalecer y generar 400 pequeños mercados centrales, mecanismos donde el productor pueda colocar directamente su producción. También, la ley de Góndolas hay que ponerla en marcha en su totalidad. Lo que establece es que en la góndola están todos los productos y en el medio el precio más bajo. Entonces, la persona tiene referencia y compra de acuerdo a su bolsillo. Otro punto clave es la falta de crédito. Voy a proponer crear un sistema de crédito no bancario. La idea es crear un fondo fiduciario -público y privado- para dar crédito para máquinas, herramientas e insumos a tasa del 3% anual.
¿Qué Congreso avizorás? ¿Habrá algún cambio de estrategia por parte del oficialismo, para evitar que se repita lo que pasó con el Presupuesto y avanzar con proyectos como por ejemplo, las negociaciones con el FMI?
Hay que aprovechar los años no electorales para generar consenso. Este año, el Congreso tiene que funcionar plenamente. Debemos llegar a consensos, dialogar, y aprobar leyes estructurales. En 2023 vuelve la competencia electoral, va a ser una elección presidencial, por lo que va a ser muy complejo generar acuerdos. Me parece que hay que distinguir sobre los consensos en dos dimensiones: lo macro y lo micro. En lo macro, hay dos cuestiones centrales: uno es el acuerdo con el FMI, está claro que necesitamos un acuerdo con el FMI. No hay manera de pagar este año u$s 19.000 millones ni u$s 20.000 millones el próximo año. La Argentina tiene que prorrogar sus pagos, tiene que llegar a un acuerdo razonable con el FMI. Creo que va a suceder y que va a tener apoyo parlamentario muy amplio. Va a ser así. Lo mismo el Plan Plurianual.
¿Y en lo micro?
Ahí, el desafío es que la plata rinda, reconstruir la escuela secundaria y que el Estado te cuide en materia de seguridad. Vamos a un Congreso de mucho diálogo, complejo, pero donde va a haber acuerdos y leyes de consenso fuerte. No dudo que va a ser así el acuerdo con el FMI.
¿Hay acuerdo dentro del Frente de Todos en torno a las negociaciones con el Fondo?
Dentro del Frente de Todos hay tres acuerdos claros. Uno es que es imposible pagar el nivel de vencimiento de este año y del próximo. Es indudable que hay que generar una renegociación. Segundo, no es posible llevar adelante un ajuste en los términos que fue pensado el esquema del Fondo. En términos de la reforma previsional o de reforma laboral. Y tercero, que tenemos que crecer para pagar. Tenemos que ampliar la torta productiva. Eso también es promover inversiones, fortalecer el desarrollo del sector privado. Veo esos consensos generales en el Frente de Todos y me parece que, con dificultades y tensiones, finalmente la Argentina tiene el nivel de endeudamiento más grande del mundo con el FMI. Está claro que es una renegociación bien compleja. Estoy convencido de que vamos a un acuerdo razonable con el Fondo.
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Un gran problema en la Argentina es la falta de generación de empleo genuino. ¿Por qué parece mala palabra "reforma laboral"? ¿No se necesita una para formalizar al gran porcentaje de trabajadores que se encuentra en la informalidad y para generar nuevos puestos de trabajo? No me refiero a una flexibilización laboral.
Cuando hablo de reforma laboral, me refiero a los términos de flexibilización laboral que fue concebida en décadas anteriores en la Argentina. Ese no es el camino y está probado en el mundo. Hay que incentivar a que las empresas, sobre todo pymes, contraten trabajadores. Ahí hay mecanismos que se están avanzando. Por ejemplo, si una empresa toma a una persona que tiene un plan social, esa persona se mantiene en el plan durante 12 meses y la empresa tiene una deducción impositiva. Esos son elementos que fomentan el trabajo en blanco. Lo mismo con el primer empleo: esto de empresas que toman a un joven de 18 a 24 años, con primer empleo, tienen deducciones impositivas. Eso es una línea que hay que fortalecer por el lado de los incentivos. Creo en los incentivos para que las empresas tomen trabajadores.
Y con los que se encuentran en la informalidad, ¿qué se puede hacer?
En la Argentina hay cerca del 40% entre quienes trabajan en negro y quienes trabajan por su propia cuenta, que son seis millones de personas. Ahí hay dos cuestiones: la falta de acceso a crédito, que viven para pagar deudas. Y, por otro, el tema del monotributo social. Instrumentos para que la persona que trabaja por su propia cuenta pueda facturar y vender, se formalice, y empezar a funcionar el circuito.
¿El hecho de reducir las cargas patronales para incentivar la generación de puestos de trabajo no es una manera de reconocer que es muy alto el costo de contratar un empleado?
En la Argentina quedó demostrado, sobre todo cuando se crearon casi 5 millones de puestos de trabajo, que eso tiene mucho que ver con el nivel de crecimiento económico y con cuánto funcione el mercado y la actividad económica. El mercado de trabajo va por dos lados en los próximos años. Uno el muy globalizado, competitivo, de alta tecnología. Ahí hay muchos argentinos a los que les va muy bien. El otro es el mano de obra intensivo: la construcción, el textil, es la producción de alimentos, el cuidado de personas y el reciclado. El problema argentino, en parte, es la solución. Tenemos 4400 barrios donde viven 4 millones de personas acinadas, sin agua, sin servicios básicos. Urbanizar, además del derecho al hábitat, es un gran plan de trabajo. Nos faltan 3000 jardines de infantes. Construir jardines de infante además del derecho a primera infancia, es trabajo.
Volviendo al tema de los planes sociales... durante el gobierno de Cambiemos se implementó Plan Empalme, pero no tuvo grandes resultados. ¿Por qué ahora funcionaría?
Todos los mecanismos de vínculos de planes sociales y trabajo funcionan en la medida que crece la actividad económica e incorporan trabajadores. En el período que se hizo durante el gobierno de Macri fue de retracción de búsqueda de trabajadores. Lo muy determinante es el funcionamiento de la actividad económica. O sea, si se implementa el puente, la empresa lo va a tomar solo si necesita trabajadores. Por eso, este año, que todo indica que también va a ser de crecimiento económico, nos puede ayudar a generar esos mecanismos.
El Presidente anunció el Plan Plurianual para diciembre y, hasta ahora, sigue sin presentarse; el acuerdo con el FMI tampoco se concreta, no tenemos Presupuesto 2022. ¿Todo eso no afecta a las inversiones, tanto locales como extranjeras? ¿No pone en riesgo esta necesidad de ampliar la torta productiva que planteás?
De lo que planteás, el problema que me parece significativo es el tema del presupuesto. Yo fui ministro con presupuesto prorrogado el primer año. En los primeros meses ya había gastado todo el presupuesto y cada 15 días tenía que ir a discutir y era imposible planificar, organizar, proyectar, tener un esquema. En términos prácticos, para incentivar la inversión privada, algo que ha sido positivo fue el ATP, el pago de parte del salario del sector privado, fomentar y sostener las pymes y pequeñas industrias que estaban tecleando. Ha habido un vínculo fuerte con el sector privado. Hay que salir de los títulos y profundizar en los problemas serios. Mi impresión es que hay que fortalecer el vínculo con el sector privado pero que ha habido un trabajo articulado fuerte.
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