Me gustan los videojuegos porque me dan precisión: José Antonio Martínez
Médico por convicción y con amor a su profesión; disfruta de la programación de televisión documental enfocada a la ciencia, historia y tecnología. Además, levanta pesas para mantenerse en forma, aunque admite que es amateur en esa área. Tiene inclinación hacia los videojuegos, porque a decir de él, le permiten tener mejor control para realizar una operación.
Ahora vela por el bienestar de todos los poblanos, sin embargo desde pequeño aprendió la importancia de cuidar a los demás, pues así se lo enseñó su padre cuando fundó el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado de Puebla (Issstep), por lo que también procura a su esposa e hijas, ya que la familia es lo más importante para él.
Es egresado de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) y docente en la Universidad de las Américas (Udlap), donde cursó la maestría en Administración de Servicios de Salud, con especialidad en Gestión de Hospitales; suficiente para tener la confianza del gobernador Miguel Barbosa Huerta y encabezar la Secretaría de Salud. Considera que todos los días hay algo nuevo que aprender y entregará su tiempo a la medicina hasta donde la vida se lo permita. Él es José Antonio Martínez García.
¿Por qué ser médico?
“Desde mi infancia mi papá era médico. Desayunábamos, comíamos y cenábamos cuestiones médicas, desde mi formación académica decidí dedicarme a la cuestión médica siempre, siempre con el afán de ayudar a los demás”.
¿Qué hace en su tiempo libre?
“La entrega en el trabajo es de corrido y sin descanso, pero pensando en esos cinco minutos me gusta distraerme con programas del Discovery Channel, History Channel o National Geographic; disfruto mucho esos momentos que tengo para distraerme un poquito. Y el otro hobbie es el de los videojuegos, pero tiene un por qué; cuando nosotros empezamos a hacer cirugía laparoscópica lo vemos en un monitor en dos dimensiones. Dentro de la formación nos ponemos a jugar videojuegos porque eso nos da la precisión correcta”.
¿Practica algún deporte?
“Me gusta correr tempranito todos los días, ahorita hago menos ejercicio, pero me levanto muy temprano y hago 40-45 minutos de ejercicio; y disfruto también el levantamiento de pesas, pero de manera muy amateur, tener condición física para mí es muy importante”.
¿Es complicado tener una buena alimentación?
“En estos tiempos es muy difícil, porque es a deshoras, lo que haya, y sin escoger; la alimentación es un poco complicada de seguir, pero trato de comer lo más sano posible”.
¿Cuál es el valor más importante para usted?
“La familia. La familia es lo más importante, hace que se deje de pensar en uno para pensar en ellos, va desde familiares directos hasta amigos y conocidos. Esto nos da humanidad y humanismo para atender cualquier situación y tener un compromiso con la sociedad”.
¿La comunicación en casa es complicada por el trabajo?
“Me casé con una doctora, ella es ginecóloga. Yo estudié los adiestramientos en gastroenterología. La comunicación, aún en nuestros tiempos libres, se tiene que hablar de cuestiones médicas, se habla porque es nuestro día a día. Tengo dos chiquillas, una de 14 y otra de 10 años, que viven día con día lo que uno vivió por generación y nos convertimos en un círculo donde se habla de lo médico, de lo ético y de cuestiones del ámbito de la salud”.
¿El confinamiento le ha permitido acercarse más a sus hijas?
“Claro que sí, uno se convierte en guía en casa. De tantas noticias que hay se habla mucho y se explica poco, al llegar a casa hay mucha inquietud de las chiquillas. Es lo mismo, qué hacemos, cómo nos cubrimos, qué debo de usar si quiero salir a la esquina, hasta el lavado de manos tiene su proceso, todo eso preguntan y se convierte en tema también”.
¿Qué tan distinto es el médico de la persona?
“Obviamente, en casa la imagen que hay que dar es de enseñar con algún tipo de autoridad a nuestros hijos. Yo así lo veo, cuando voy a trabajar me convierto en una persona sumamente humana y siempre aprovechando los ámbitos del día a día para seguir aprendiendo. Esta es una profesión que todos los días al entrar al hospital no sabemos con qué cosas nos vamos a enfrentar de novedad. Todos los días nos encontramos con una novedad de situaciones y de pacientes que se aprende”.
Siendo profesor ¿qué filosofía enseña a sus alumnos?
"Durante la docencia lo que siempre intento hacer es relacionarlo con cosas cotidianas, del día y con experiencias vividas, y con base a la experiencia es lo que uno trata de decirles a los alumnos para que ellos vean realmente que las cuestiones médicas tiene un fin, y ese fin lo aprovechamos con la experiencia de los demás”.
¿Hay algo que aún le quede pendiente en su carrera?
“En esta carrera todos los días hay pendientes, es tan amplia y novedosa como esta enfermedad que estamos viviendo; no hay mucha investigación, no hay mucho tratamiento. Lo que quiero decir es que todos los días hay algo nuevo que aprender, todos los días nos falta algo, hasta que ya estemos incapacitados de aprendizaje no lo dejaré de hacer”.
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