Aire, mitos y realidades
Cada mañana llegan a los celulares de muchos de nosotros, imágenes que nos dan una idea de las condiciones del aire que respiramos en el área metropolitana.
La mayoría de las veces, estas fotos aumentan nuestra angustia porque muestran una aparente polución, que sin ser expertos nos lleva a afirmar que se trata de aire contaminado, cada vez en un grado más extremo.
Paradójicamenteno todo lo que parece contaminación, lo es.
Pero más allá de la observación, hay una alta concentración de partículas PM10 y peor aún PM2.5 que afectan a diario la salud de los millones de personas que vivimos aquí, nos demos o no cuenta.
Una realidad innegable es que ante los altos índices de contaminación, aquellos que padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica o asma, ven agravada su enfermedad e incluso enfrentan consecuencias fatales.
Pero el daño no solo se da en personas con padecimientos respiratorios, sino también en aquellos que padecen diabetes, porque tienen mayor propensión por el aire contaminado; pacientes hipertensos que tienen un preinfarto o derrame cerebral también corren el riesgo de agravar sus malestares.
El 23 por ciento de las personas que mueren por diabetes tipo 2 en el área metropolitana de Monterrey, es debido a la contaminación ambiental, de acuerdo con datos de la Universidad de Washington.
Todo eso se sabe del aire contaminado que respiramos y sus peligros, lo escucha la gente, lo lee, aunque luego decide ignorarlo y prefiere culpar a las empresas, a las autoridades y a todos. Nada mal si tomamos en cuenta que hay que señalar a responsables, pero se queda corto, porque todo se queda así.
A la par se difunden algunas falsedades o pequeñeces que roban atención, como el tema de las carnes asadas. Aquí existen dos consideraciones, la primera, es que la persona que se dedica a ser parrillero corre el riesgo, pero no por la combustión del carbón, sino por las sustancias que emite la misma carne. Y a nivel de área metropolitana, solo los días en que gran cantidad de personas asan carnes (fines de año o clásicos de futbol) pueden elevar los concentrados de contaminación ambiental.
También se ha dicho que las comidas calentadas por los albañiles deben prohibirse porque afectan la calidad del aire; pero no son realmente significativas para provocar una alerta ambiental, ni modifican sustancialmente el ambiente.
Y así vivimos a diario, entre mitos y realidades sobre la calidad del aire que respiramos, evidentemente cada vez en peores condiciones.
La semana pasada dimos el banderazo a un nuevo servicio en los Telediarios, en Multimedios Televisión. Se trata de una sección en la que a través de los datos de La Calculadora del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey informamos a la audiencia con rango de una hora, qué tan contaminada está el área metropolitana y que recomendación aplica para grupos vulnerables.
Es solo un intento, un pequeño paso que esperamos aporte a una solución, porque lo que no es medible no es controlable.