La relación entre la plantilla de Tussam y el Ayuntamiento atraviesa por un tenso momento, coincidente con la negociación del convenio colectivo. El último episodio de desencuentro ha sido la difusión de una serie de carteles en los que se advertía a los usuarios de que podían estar subiéndose a un transporte sin garantías. «Si este autobús ha llegado tarde, no es por culpa del conductor. El alcalde socialista y el gerente de Tussam han decidido no montar un servicio de mecánicos suficientes para tener los autobuses necesarios para la prestación de servicio», señala el cartel protagonista de la nueva polémica en la empresa pública y al que ha tenido acceso este periódico.
El delegado de Gobernación, Juan Carlos Cabrera, ha anunciado la apertura de una investigación interna para esclarecer la autoría de unos carteles que tachó de «infames». Lo hizo ayer durante la comisión de Control y Fiscalización al Gobierno local y en respuesta a una pregunta del concejal de Vox, Gonzalo García de Polavieja, acerca de la difusión de estos carteles. «La empresa está recabando pruebas sobre la autoría de estos panfletos, para abrir los expedientes sancionadores y que no queden sin sanción», aseveró ayer Cabrera, quien no restó ni un ápice de importancia a la polémica porque «menoscaba la imagen pública» de la empresa y «crea alarma ciudadana».
En el cartel, del que no se ha hecho responsable ningún sindicato, se llega a acusar a los responsables de la empresa pública de presionar a los trabajadores para que saquen autobuses a la calle «con deficiencias graves». Por lo que piden a los usuarios que «entiendan que, en caso de accidente, los conductores estamos siendo coaccionados psicológicamente, poniéndonos entre la espada y la pared».
El móvil del gerente
Cabrera defendió ayer que la plantilla de mecánicos de Tussam está «perfectamente dotada» y «nunca va a salir» a circular un autobús sujeto a «un parte de avería». «Esos carteles no tienen autor, como suele ocurrir con la cobardía del anonimato», insistía una y otra vez el delegado municipal quien se mostró muy molesto.
El escrito que ha circulado por los autobuses concluye con una sugerencia dirigida a la ciudadanía para que denuncien: «No permitas que sean juez y parte...Frena a los golfos, aunque se vistan de socialistas». Al final del texto se incluye el teléfono móvil del gerente de la empresa pública, asegurando que es un número público y oficial, para que los usuarios dirijan sus quejas hacia esa vía.
Esta polémica se encuadra en un momento delicado en cuanto que está bajo investigación qué ocurrió para que dos microbuses de la línea C-5 sufrieran sendos accidentes por un problema en los frenos. La Policía Local está elaborando un informe en el que ha recogido los testimonios de los pasajeros que resultaron heridos.
El juzgado de Instrucción 20 de Sevilla, que recibió las diligencias que acababa de incoar el número 11, aún no ha citado a los dos heridos que han llevado a los tribunales el siniestro ocurrido el 7 de diciembre en la Plaza del Duque.
Sobre estas pesquisas, Juan Carlos Cabrera detallaba ayer que los autobuses accidentados siguen «precintados» por orden judicial y que las averiguaciones de los peritos de Tussam y la anunciada auditoría externa están «suspendidas» y «supeditadas» a que la autoridad judicial levante el precinto decretado sobre estos vehículos.
Denuncia sindical
Por su parte, dos sindicatos convocaban ayer a una concentración en las cocheras para denunciar que los trabajadores están sufriendo «una lluvia de expedientes sancionadores» por motivos peregrinos. Desde la sección sindical de CSIF califican la situación de acoso «por parte de la gerencia mediante la tramitación indiscriminada de partes sancionadores que acarrean suspensiones de empleo y sueldo sin que haya sentencias judiciales condenatorias».
Las movilizaciones van a continuar en los próximos días porque sostienen que la dirección de la empresa está llevando a cabo una «nefasta gestión económica de las partidas presupuestarias». Y van más allá, acusando a la gerencia de no haber prestado atención al escrito de este pasado verano –varios meses antes de los dos incidentes de la Plaza del Duque que se saldaron con heridos– «en el que se alertaba de siniestros sufridos por estos vehículos, donde hubo daños materiales y ningún atropello».
