La nueva vida del oráculo de Waterloo
El ‘expresident’ logra una gran plataforma política justo cuando su estrella se apagaba en Bruselas
La rueda de la fortuna de Carles Puigdemont ha girado varias veces en los últimos dos años. Pero nunca se había parado tan alto como el pasado viernes, cuando el expresidente de la Generalitat, prófugo de la justicia, se paseó por el Parlamento Europeo en Bruselas. Y pudo contemplar, junto a su compañero de fatigas Toni Comín, el hemiciclo donde esperan sentarse como diputados de pleno derecho tan pronto como pasen las vacaciones de Navidad.