El debate demócrata encumbra a Joe Biden
Los 10 candidatos demócratas mejor situados en las encuestas han subido el nivel de su pelea. El del miércoles noche fue el mejor de los tres debates. Todos contra todos. Todos contra Donald Trump.
Más que nunca, todos unidos para batir a Joe Biden. El hombre del aparato, el “insider” que presume de currículum y aborrece el aventurismo del sector socialista del partido, estuvo inmenso. Carece del carisma de Barack Obama, claro, pero sobrevivió al ataque inmisericorde de un Julián Castro que liquidó sus magras oportunidades cuando insinuó que Biden chochea («¿Has olvidado lo que dijiste hace dos minutos?»).
Al quite estuvo el alcalde de South Benton, Pete Buttigieg, otro de los supuestos figurantes, sobrio toda la noche: «Por esto los debates presidenciales se están volviendo insufribles. Cosas así recuerdan a todos lo que no pueden soportar de Washington. Anotando puntos uno contra el otro, hurgando a costa del rival...».
Le replicó Castro, rápido, «Sí, se llaman primarias demócratas, Pete. Se llaman elecciones. Son unas elecciones. ¿Sabes? Para eso estamos aquí». Pero ya daba igual. Acaba de suicidarse en directo. Justo lo contrario de un Biden que defendió la herencia de Obama y mostró su orgullo por haber servido junto al hombre que todavía mata de melancolía y nostalgia a su partido. «Estoy con Barack Obama», afirmó después de que el periodista Jorge Ramos le preguntase por qué deberían de apoyarle los latinos, dado el historial de deportaciones entre 2008 y 2016.