Macron da la sorpresa al invitar a la cumbre del G-7 al ministro de Exteriores de Irán
La decisión del encuentro es una iniciativa francesa que se adoptó anoche al constatarse en la cena informal de líderes del G-7 que "había elementos que permitían una buena convergencia", según informaron fuentes del Elíseo, que añadieron que Zarif no tiene previsto reunirse con representantes de Estados Unidos en Biarritz.
La Presidencia francesa no especificó si había avisado a Estados Unidos de la reunión en Biarritz entre ambos negociadores, y se limitó a señalar que Francia "actúa según sus propios criterios" y lo hace "con total transparencia".
Estados Unidos anunció el pasado 31 de julio que sancionaba a Zarif por ser el "principal portavoz del régimen en todo el mundo" lo que, en la práctica, excluye al jefe de la diplomacia iraní de cualquier hipotético futuro diálogo entre Washington y Teherán.
La posibilidad de que el dirigente iraní se reúna personalmente con el presidente francés, Emmanuel Macron, como ya hizo el pasado viernes en el Palacio del Elíseo, todavía sigue en el aire, reconocieron las fuentes oficiales.
Francia insistió en que Zarif "no está invitado el G-7" y que su presencia en Biarritz obedece únicamente a que Le Drian se encuentra en la ciudad para participar en la cumbre.
El avión que transportaba a Zarif aterrizó en Biarritz a las 14.13 hora local (12.13 GMT) procedente de Teherán.
Embrollo político a cuenta de Irán
El presidente francés, Emmanuel Macron, intervino este domingo para aclarar la confusión creada acerca del supuesto encargo que ha recibido por el G-7 para hablar con Irán, al reconocer que este grupo de potencias "no puede otorgar un mandato formal".
"El G-7 no es una instancia que dé un mandato formal, no es una organización estructurada que tenga mandatos y competencias. Somos siete países soberanos que se ponen de acuerdo en torno a una mesa", declaró Macron a la prensa Macron.
Reconoció que la iniciativa francesa de dialogar con Irán es una más, junto a otras como la de Japón, para conseguir los objetivos que se ha fijado el G-7: evitar que Irán desarrolle el arma nuclear y garantizar la estabilidad regional y que descienda la tensión.
El Gobierno francés había anunciado en la mañana de este domingo que los líderes del G-7, reunidos en una cumbre en Biarritz habían encomendado a Macron que "dirigiese un mensaje" a Teherán, algo que Trump desmintió poco después del ser preguntado por el asunto, lo que originó un embrollo diplomático.
Para Macron, todas las líneas de actuación pueden ser válidas para alcanzar los fines, ya que "si los europeos no hubieran mantenido el acuerdo con Teherán, Irán lo habría abandonado, (pero) si no hubiese habido una política de sanciones y presión, habría probablemente menos voluntad de moverse por parte de los iraníes".
El presidente francés tiene la intención de continuar sus contactos telefónicos con el régimen de los ayatolás, tras haber recibido el viernes en París al ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.
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