El Estado Islámico renace de sus cenizas
La insignia negra del autoproclamado Califato de Abu Baker Al Baghdadi dejó de ondear en el norte de Siria cuando los yihadistas perdieron su último bastión el pasado mes de marzo en Al Baghouz (en la provincia de Deir Ezzor). Tras esta victoria de las Fuerzas Democráticas Sirias, que contó con el respaldo de Estados Unidos, el presidente Donald Trump declaró el fin del Estado Islámico (EI o Daesh, en su acrónimo en árabe) en Siria e Irak. No obstante, a pesar de la caída de su último bastión sirio, Daesh mantiene «bolsas» de resistencia en áreas gubernamentales y en la provincia de Idlib, el último bastión opositor que aún no ha caído en manos del régimen.
«Si empeora la situación, y es lo más probable, hay muchas opciones de que el EI persista como grupo insurgente y su intensidad incluso aumente», indica a LA RAZÓN Yazid Sayeg, experto del Centro Carnegie para Oriente Medio. Precisamente, un informe publicado recientemente por del Departamento de Defensa de EE UU adviere de que el grupo yihadista está «resurgiendo» en el territorio perdido. El poder del grupo que fundó Al Baghdadi reside en el hecho de que el grueso de sus combatientes son locales y el resto internacionales.
El auge del Estado Islámico vino hace cinco años gracias al apoyo de las comunidades suníes locales y aunque ahora el Califato esté en sus horas más bajas, los cimientos que lo levantaron (la marginación de los suníes bajo un gobierno tirano de mayoría chií) siguen estando allí. En Siria, Bashar al Asad ha reconquistado prácticamente todo el país, por lo que la situación no ha cambiado mucho de como era antes. En Irak, el auge de las milicias chiíes conocidas como las Unidades de Movilización Popular (UMP) que se han hecho con el control de las ciudades que perdió el califato, ha puesto a la defensiva a la vasta comunidad suní del norte de Irak que se reveló en Mosul en junio de 2014.
El informe del Pentágono alerta de que a pesar de perder su Califato territorial, el Estado Islámico «ha podido reagruparse y mantener operaciones» en los dos países, en parte porque las fuerzas locales «siguen siendo incapaces de mantener operaciones a largo plazo, realizar múltiples operaciones simultáneamente o retener el territorio que han despejado». Precisamente, el resurgimiento del grupo yihadista llega en momentos en que el presidente Trump iba dar carpetazo al oscuro capítulo del Estado Islámico con la retirada completa de sus tropas destacadas en Siria.