Arte y vejez en Finlandia
Cuando pensamos en cine finlandés lo primero que se nos viene a la mente son los paisajes abiertos, el mar y los personajes taciturnos de Aki Kaurismäki. El cine de Finlandia, sin embargo, tiene una larga tradición, apoyo estatal para una treintena de filmes al año y un considerable número de realizadores. Entre ellos está Klaus Härö cuyas películas Madre mía (2005), Cartas al padre (2009) y El maestro de esgrima (2015) han llegado a nuestras pantallas. Se acaba de estrenar El artista anónimo (2018), cuyo título internacional One Last Deal (Un último arreglo) corresponde al deseo del protagonista Olavi, un hombre mayor, cuya galería de arte atraviesa una fuerte crisis ya que el negocio del arte se ha desplazado a la internet. Al descubrir en una subasta una pintura de excelente calidad pero sin firma, Olavi pretende hacer “su último negocio” antes de retirarse con dignidad y recursos para sobrellevar su modesto estilo de vida.
La galería de Olavi está en el centro de Helsinki, en una calle arbolada dónde pasa el tranvía. Conocemos al anciano en una subasta dónde puja por un paisaje marino, lo observamos comprar un pastelito, comer solo en su departamento y contestar brevemente una llamada telefónica de su hija. En la casa de subastas descubre y admira el retrato de un hombre que le llama poderosamente la atención ya que no tiene firma. Sospecha que es de un famoso pintor ruso pero no lo encuentra en ningún catálogo razonado.
Con el suspenso de un thriller el resto de la película sigue la indagación de Olavi y su inadaptado nieto por la autoría de la pintura y el descubrimiento de una red de estafas de parte de subastadores y nuevos ricos que se adueñan de valiosas obras de arte.
Interesante que a través de la pintura sin firma el filme visualice la situación geográfica y cultural de Finlandia que comparte frontera con Rusia y Suecia.
El filme muestra cómo el arte ruso padece el saqueo de parte de galerías, subastadores e inversionistas sin escrúpulos entre los que los fineses juegan el papel de mediadores mientras que los museos y nuevos ricos suecos se apropian de piezas del patrimonio cultural ruso.
El galerista Olavi es un hombre honesto Como padre y abuelo, sin embargo, carece de calidez y empatía. La llamadas de su hija y la presencia de su nieto le molestan ya que está consciente que lo buscan por estar en aprietos. Él, sin embargo, hace exactamente lo mismo. Frente al individualismo y materialismo de los personajes, el espectador festeja los pocos momentos de acercamiento. Son instantes y gestos aislados que no llevan a una reconciliación. El artista anónimo es el primer filme que Härö filmó en Helsinki.
El realizador comentó en una entrevista que escogió la ciudad porque admira su luz. Y vaya que el filme capta la luz tenue y dorada de la ciudad, una estética que contrasta con la dureza y soledad de sus personajes, jóvenes, adultos y viejos.
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