Cataluña registra un nuevo brote de sarna, esta vez en un hospital residencia de la localidad de Sant Pere de Ribes, en la provincia de Barcelona. Hasta el momento hay diez afectados; nueve trabajadores del centro y un paciente. La alarma saltó a finales del pasado mes de enero, cuando Red de Vigilancia Epidemiológica de Cataluña (XVEC) recibió el aviso por parte del centro.
Las medidas de seguridad y prevención ya se han puesto en funcionamiento desde el servicio de vigilancia epidemiológica de Barcelona, y se aplica tanto a trabajadores como a los pacientes ingresados en el hospital, ha informado el departamento de Salud en un comunicado difundido hoy.
El período de incubación es de 2-6 semanas y, en general, la transmisión se produce por contacto personal cercano y prolongado con la piel de una persona afectada. También existe la transmisión mediante la ropa si ha sido recientemente contaminada. Las instituciones como hogares de ancianos, centros sociosanitarios, centros de personas disminuidas y el entorno familiar son los ámbitos donde se producen de forma más frecuente los brotes de sarna, dado que son colectivos que por sus características tienen un mayor contacto entre los sus integrantes. Es habitual que se presenten algunos brotes anuales y es importante destacar que cuando se contrae por primera vez esta parasitosis puede pasar desapercibida durante semanas, apunta en un comunicado el Departamento de Salud catalán.
Una batería de casos
En Cataluña se han registrado tres casos desde enero de 2018. En ese mes la enfermedad afectó a un hospital de Reus (Tarragona) y otro de Barcelona, con un total de 39 trabajadores infectados. Hubo además siete brotes en escuelas y residencias catalanas. En datos generales, el gobierno de la Generalitat confirmó que el pasado año se registraron 117 focos del brote en la comunidad y 678 pacientes afectados.
Sarcoptes scabiei - ABC
Medidas de control
Las acciones de prevención recomendadas, según el Departamento de Salud de la Generalitat son el tratamiento de los casos y el mantenimiento de medidas higiénicas adecuadas, así como un tratamiento profiláctico de los contactos que se hayan producido. La ropa, toallas y ropa de cama usadas por los pacientes durante los días anteriores al tratamiento se debe lavar en los ciclos calientes de la lavadora o limpiarse en seco. Los artículos que no se pueden lavar o limpiar en seco se pueden desinfectar almacenándolos en una bolsa de plástico cerrada durante una semana para asegurar la destrucción de los ácaros, dado que generalmente no sobreviven más de 2 a 3 días fuera del cuerpo. En las habitaciones utilizadas por personas infectadas se debe hacer una limpieza ambiental integral que incluya el aspirado a fondo.
