Buscan gasolineras abastecidas por redes sociales
"Parece el fin del mundo", exclamó Abigail Leaños Sabadiano, mientras se cubría el rostro con sus manos, en señal de desesperación, al llegar a la gasolinera del bulevar Nuevo Hidalgo, frente al fraccionamiento Quinta Bonita, para conseguir alguna alma caritativa que le ayudara a empujar su vehículo que se quedó sin gasolina a más de un kilómetro de distancia de esta estación, la cual tuvo combustible este sábado por la madrugada, según se enteró a través de uno de los más de tres que se abrieron por Facebook y WhatsApp.
"Estoy mandando mensaje al grupo Gasolina 2 que se abrió por redes sociales y así nos hemos enterado, para no andar de un lado al otro", expresó Abigail.
La fila de autos a esta gasolinera llegaba hasta la Avenida Arbolitos, y aún daba vuelta hacia las calles aledañas, lo que provocó algunos embotellamientos en la zona, que también era comunicado en tiempo real por los contactos.
Pero este caos, tanto en redes sociales como de forma presencial, se dio desde la madrugada del viernes, "cuando la gente que esperaba en la fila comenzó a pitar y a mentar madres a las patrullas que llegaron en fila a cargar gasolina".
"Se hicieron de palabras y nosotros nos asustamos, pero los oficiales tuvieron mesura y no pasó a mayores", platicó Roberto Reyes Rodríguez, trabajador de la estación mencionada que sudaba ante las peticiones de gasolina y limpiado de parabrisas que los clientes estresados solicitaban.
Por redes sociales también se informaba de la venta de gasolina en bidones, y fue así como a medio día, la gasolinera de bulevar Nuevo Hidalgo ya tenía a un grupo de, por lo menos 50 personas exigiendo la venta.
"Fórmense y no se venderá más de 20 litros y tampoco se llenarán garrafones de agua, porque está prohibido, así que si nos organizamos podemos darles la gasolina", expresaba una empleada de la estación, mientras la gente hacía una sola fila bajo el sol, en espera de que les llenaran sus bidones. Minutos después, ya estaban siendo despachados.
Octavio Maldonado y Miguel Villegas, quienes yacían formados al otro lado de la avenida desde las 9 de la mañana, hablaron por horas sobre el problema, y lograron hasta compartir sus datos para proyectos futuros.
"Llevamos ya muchas horas y pues mejor ya no nos vamos a mover y aprovecharemos nuestro fin de semana para cargar combustible, porque sino el lunes será un caos", expresó Maldonado que platicaba con su nuevo amigo, mientras observaban la fila de autos que seguía creciendo al paso de las horas.
Alexandra Ledezma también optó por esperar dentro de su auto con su pequeña hija, quien jugaba saltando de una siento a otro, mientras ella pretendía desayunar una quesadilla.
Quien tuvo afectaciones comerciales fue Miguel Ángel Ruiz Martínez, que llegó en punto de las 11:12 del día a cargar gasolina, "y tuve suerte, porque ya recorrí muchas gasolineras y ahorita ya me tocaba, pero sí me vi afectado porque soy comerciante de zapatos que me traen de Guanajuato y pues no han llegado a surtirme", expresó.
Algunos más desistieron de la idea de usar el transporte público como opción, "porque tengo hijos que llevar a la escuela y aunque me queda cerca, pues uno se acostumbra", expresó una madre de familia mientras solicitaba llenar el tanque de su auto.