Primer partido y primera victoria del Barcelona de Ronald Koeman en una pretemporada que se adivina incierta, sobre todo en cuanto a llegadas y salidas se refiere. En la primera parte fue superior el Barcelona, sin ser capaz de reflejarlo en el marcador. Riqui Puig, Sergi Roberto y Yusuf Demir fueron los futbolistas mas participativos, mientras que por parte del Nastic, el más destacado fue Manu García, el cancerbero que mantuvo su puerta imbatida. La acción mas destacada de estos 45 minutos fue la expulsión de Quintanilla en una acción más aparatosa que peligrosa. El jugador del Nástic le hizo una falta a Riqui Puig en la frontal que Muñiz Ruiz consideró de roja directa. No dudó el Barça en aprovechar la superioridad en la segunda parte y Rey Manaj anotó el primer tanto del partido (min. 60) con un potente disparo tras revolverse dentro del área. Álex Collado, uno de los jugadores mas importantes del filial el año pasado, anoto el segundo (min. 85), ayudado por un rebote en un jugador tarraconense. Y un minuto después, con el pecho y bajo el larguero, anotaba Rey Manaj el tercero. El albanés completó su triplete de penalti a falta de un minuto para el término del partido. E Barcelona anotó tres goles en los últimos tres minutos con un estelar Rey Manaj.
Partido entre un desconocido Barcelona, irreconocible incluso en la equipación que lucía, y un Gimnástic de Tarragona que servía como banco de pruebas para muchos jugadores azulgranas que saben que dejarán de tener minutos en cuanto se incorporen los internacionales que han disputado la Eurocopa. Colocaba Koeman a Samuel Umtiti y Miralem Pjanic en el equipo titular con la esperanza de que brillaran lo suficiente como para atraer la atención de algún club que se interesara por ellos. No obstante, la superioridad del equipo azulgrana era tan clara que ni el defensa ni el centrocampista tuvieron ocasión de lucirse. De todas formas, se pudo comprobar que Umtiti estaba mucho mejor físicamente y más cerca de volver a ser el que era. El central fue preciso en la salida del balón, algo que probó en varias ocasiones, se sintió cómodo junto a Piqué. No obstante, está caro que Koeman no cuenta con él por mucho que mejore. En cuanto a Pjanic, se limitó a pasar en corto a sus compañeros y tiró una falta bien colocada, pero le faltó potencia. Respiró el entrenador al comprobar que se alcanzaba la media parte sin que ninguno de los dos hubiera sufrido una lesión que impidiera su traspaso y es que el Barcelona necesita venderles imperiosamente. Necesita Laporta aligerar la masa salarial y entre el galo y el bosnio perciben 30 millones de euros anuales. Umtiti está amortizado pero aún quedan 45 millones por amortizar de Pjanic y aunque el club les ha ofrecido la carta de libertad, estos partidos son importantes para atraer posibles destinatarios.
También había interés en ver la evolución de los canteranos convocados y que pueden ser una alternativa si las urgencias económicas de la entidad no permiten la llegada de más refuerzos. La atención estuvo puesta sobre Alejandro Balde, llamado a ser el relevo natural de Jordi Alba y que aceptó recientemente a renovar su contrato bajo las condiciones que le impuso el club . El canterano ha ganado en musculatura y fuerza física, lo que le viene muy bien a su juego. Parecía consciente de estar ante la oportunidad de su vida. Subió la banda siempre con el balón pegado a los pies y no pasó apuros en defensa. También centró buena parte de la atención Yusuf Demir, fichado recientemente para reforzar el ataque del filial. Mostró los primeros destellos solo empezar. Se ubicó en el extremo diestro, buscando más el centro que la línea de fondo. A la que pudo, chutó. Buena calidad de su pierna zurda. En la primera parte también destacó Riqui Puig, empecinado en convencer a Koeman que merece un puesto protagonista en el primer equipo. Quiso ser protagonista desde el primer momento, estuvo bien en la visión de juego, aunque perdió un balón peligroso. Dio un gran pase a Sergi Roberto y provocó la roja de Quintanilla tras una buena recuperación y conducción.
La segunda parte comenzó con un once completamente diferente en el Barcelona, que se vio favorecido por tener que jugar 45 minutos contra 10 futbolistas. Enseguida llegó el gol de Rey Manaj, que inscribirá su nombre como el primer futbolista del primer equipo que anotó en el estadio Johan Cruyff, habitual del filial. Los últimos minutos fueron un vendaval culé, con el gol de Collado, dos goles más de Rey Manaj, el segundo de penalti tras la falta cometida por Caro sobre N'Diaye dentro del área.
