Popocatépetl cumple 25 años de actividad eruptiva; científico de UNAM narra cómo despertó Don Goyo
El volcán Popocatépetl despertó hace 25 años, tras 67 años de inactividad eruptiva. Don Goyo lanzó sus primeras exhalaciones el 21 de diciembre de 1994, cuando investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM ya habían alertado al gobierno mexicano de que el coloso mostraba signos de que estaba por despertar; para ese entonces apenas se habían instalado un par de estaciones de monitoreo, mientras que ese día, el Centro Nacional de Prevención de Desastres no estaba listo para explicar el acontecimiento a la ciudadanía.
“A lo largo de 1994 nos dimos a la tarea de hacer diferentes tipos de estudios, investigaciones, incluso nos llegamos a meter al cráter del volcán a rapel, para tomar muestras tanto del azufre, como de gases hasta que eventualmente el 21 de diciembre de 1994 comienza la actividad eruptiva”, relató Hugo Delgado Granados, director del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Durante el encuentro académico “El Popocatépetl: 25 años de actividad eruptiva”, realizado en el Instituto de Geología de la UNAM, el investigador dijo que el volcán mostró signos de reactivación años atrás. Relató que al realizar sus estudios de doctorado en Japón recibió una fotografía tomada en 1990 donde el Popocatépetl aparecía con una fumarola, así que al regresar a México en 1993, junto con algunos colegas del Instituto de Geofísica, acudieron al volcán y comprobaron “un importante aumento de la actividad fumarólica dentro del cráter, con depósitos de azufre en el interior que ya mostraban incandescencia”.
Consiguieron entrevistarse con la entonces Subsecretaria de Gobernación, Socorro Díaz, para hablarle del aumento de actividad volcánica, pero ella minimizó la situación, “en segunda entrevista dijo que no es tan preocupante”, recordó. Así que los jóvenes investigadores se acercaron al coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, Gerardo Suárez, “quien nos hizo caso, se puso en contacto con el titular del Centro Nacional de Prevención de Desastres que era el arquitecto Vicente Pérez Carabias y comenzaron a reunirse, así comenzó a formarse un incipiente Comité Científico Asesor (del Sistema Nacional de Protección Civil para el volcán Popocatépetl), en el que participábamos personal del Instituto de Geofísica, de Ingeniera y del Cenapred”.
El despertar de Don Goyo
El día que Don Goyo despertó marcó un rumbo en la Protección Civil y gestión del riesgo en nuestro país, dijo en su oportunidad Enrique Guevara Ortiz, director general del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), quién también reconoció que arrancó con un ligero tropiezo, pues como al resto de los ciudadanos, la noticia de que el Popo había despertado, los tomó por sorpresa.
“Ese 21 de diciembre, cuando inició la actividad iba camino al Cenapred y en el noticiero de Radio Red con José Gutiérrez Vivó, escuché la noticia de que el volcán estaba echando mucha ceniza. Llego al Cenapred y me encuentro un camión de Televisa poco antes de las 8 de la mañana y ahí los entretuvimos un poco; habíamos estado en el volcán y habíamos colocado estaciones, pero no nos había tocado una actividad y no sabíamos qué decir ante los medios o cómo explicar, todavía no llegaban los vulcanólogos”, señaló.
Justo ese día, el Dr. Hugo Delgado se encontraba en la Universidad de Búfalo en Nueva York, a donde viajó para usar el sistema de cómputo de esa institución para realizar simulaciones y conformar el primer precedente del mapa de riesgos del volcán.
“Me encontraba en el aeropuerto con los resultados bajo el brazo, cuando por las noticias me enteré del inicio de la erupción, fue frustrante pensar que llegaría tarde.
Pero mi colega Claus Siebe tuvo la fortuna de estar cerca y presentarse en el inicio de la erupción, de tener las primeras impresiones de montañistas que habían subido al cráter, uno de ellos nos envió fotografías de cómo se veía después del inicio de la erupción, a partir de ahí comenzó todo, un trabajo mas integral entre científicos del Instituto de Geofísica y los técnicos del Cenapred, una relación que es ejemplar a nivel internacional”, aseguró en entrevista posterior con MILENIO.
El director del Instituto de Geología de la UNAM destacó que el Popocatépetl es un volcán dinámico, cuyo monitoreo no permite hacer predicciones de su actividad eruptiva, pero una herramienta desarrollada por esa institución permite realizar pronósticos de dispersión de las cenizas, nubes piroplásticas, material incandescente, incluso flujos de lava ; además de que elaboraron un mapa de peligro volcánico escenarios de baja y mediana probabilidad.
“Sabemos su pasado, el volcán indica que ha habido erupciones de grandes magnitudes, la ultima hace 1300 años; sin embargo, hoy por hoy no tenemos manera de saber cuánto magma hay adentro todavía. Con el sistema de monitoreo por parte del Instituto de Geología y el Cenapred, hemos visto una actividad dinámica que aumenta y disminuye. Entre 2010 y 2012 pensábamos que se acercaba hacia su estado de reposo porque los indicadores decían que su actividad venía disminuyendo, pero en 2013 volvió a repuntar la actividad, con gases explosiones y cuerpos de lava formándose al interior del cráter”, señaló.
Actualmente, el volcán Popocatepétl cuenta con 10 estaciones de monitoreo, más la red de sismógrafos del Servicios Sismológico Nacional que también monitorea su actividad, para estudiar a este longevo volcán de cerca de 700 mil años.
MPL