Acudimos a la Plaza todavía impresionados por el terrible percance de Román. Y, de nuevo, es herido otro diestro, el colombiano Sebastián Ritter: en un quite por chicuelinas, el toro le arrolla y sufre una cornada en la pierna, de dos trayectorias, de pronóstico grave. Sin tremendismo alguno, ésta es la realidad de la Fiesta. Los que hablan del «pobrecito toro», no han visto un toro de cerca en su vida. Es un animal ferocísimo; a la vez, su nobleza permite que se ponga delante de él un joven, con un trapito como única defensa... Читать дальше...