El futuro de Paco Alcácer ha cambiado en cuestión de horas. La decisión de Antoine Griezmann de quedarse en el Atlético de Madrid repercute directamente en la carrera del delantero español, que ya no ve amenazado los escasos minutos que le concede Ernesto Valverde. Si bien es cierto que el Barcelona no cuenta con él y le ha colocado en la lista de futbolistas transferibles, ahora no ve con malos ojos que se quede para completar una delantera en la que Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé se perfilan como titulares. Con la duda de dónde jugará Coutinho, si en la posición que viene desempeñando Iniesta en el centro del campo o más avanzado, Alcácer se perfila como el cuarto hombre en esa delantera de tres.
Hay que tener en cuenta que el desplante de Griezmann cambia completamente las prioridades del Barcelona en su planificación. El francés era el objetivo número uno de este verano por su calidad , juventud y, sobre todo, precio se consideraba una gran compra por los cien millones que iba a costar, aunque no era una necesidad para Valverde. Tras confirmar que no se mueve del Atlético, el Barcelona destinará esos cien millones a reforzar el centro del campo y la defensa, líneas más endebles. Un organizador y un sustituto a Busquets son las prioridades. En cuanto a la defensa, Lenglet parece estar atado y se valora la incorporación de un lateral derecho que complemente a Semedo y libere a Sergi Roberto de las tareas defensivas en zona de banda.
Por todos estos motivos, Alcácer ya no es tan prescindibles como hace una semana, cuando Griezmann parecía estar completamente atado. Y esta nueva situación también cambia las cartas de la negociación. si antes de acabar la temporada, Alcácer se había mostrado reacio a salir, ahora podría forzar su marcha, dejando al Barça con una merma en su delantera. No obstante, la cláusula de rescisión del de Torrent, 100 millones de euros, no facilitan que el futbolista pueda dar un susto de última hora a los culés.
