La lluvia y el viento, protagonistas de la Cremà de las Fallas 2018
Con las miradas hacia arriba y los dedos cruzados. Así vivieron ayer los falleros y falleras de Valencia la última jornada de las Fiestas, que tienen su broche de oro en la Cremà de los casi 770 monumentos falleros repartidos por toda la ciudad. Hacia las 18 horas de la tarde una fuerte tormenta irrumpió en el «cap i casal» dejando las calles inusitadamente vacías en una jornada como la de ayer.
El día de San José, día del padre, es para los valencianos también el momento de despedirse de sus Fallas, decirles adiós antes de que sean pasto de las llamas y tengan que esperar otros doce meses para ver de nuevo los monumentos. La despedida se vio interrumpida por las lluvias y el viento, que hicieron retrasar media hora la tradicional Cabalgata del Fuego, que da el pistoletazo de salida a la noche en la que todo lo malo arde en las hogueras juntos con los «ninots».
Afortunadamente, hacia las 19.00 horas de la tarde la lluvia cesó y permitió a los falleros y visitantes seguir con la fiesta. Desde Junta Central Fallera aseguraron al cierre de esta edición que no estaba previsto que hubiera precipitaciones durante la noche, por lo que la Cremà se celebraría con normalidad.
Si todo transcurría según lo previsto y el clima no lo impedía, a partir de las 22 horas de la noche empezarían a arder las fallas infantiles de la ciudad, seguidas por las grandes, hasta finalizar con la falla municipal de la Plaza del Ayuntamiento.
Sin duda, el tiempo cambiante ha sido uno de los protagonistas de las Fallas de este año. El viento ha sido la tónica más peculiar de estas Fallas que acabaron anoche, pues según Aemet las de 2018 seguramente serán las más ventosas de las últimas décadas. Desde el 15 de marzo -día de la «Plantà» de las fallas-, casi el 100 cien por ciento del tiempo el viento ha estado soplando de componente oeste sin calma, lo que hizo caer algunos remates y piezas durante su montaje.
Seguridad máxima
Junto con el clima, las extremas medidas de seguridad adoptadas este año han sido otras de las protagonistas, con vías de evacuación y emergencia reservadas durante los disparos de las mascletaes y una fuerte presencia policial en las calles.
Además, por primera vez se clausuraron las estaciones de metro de Xàtiva y Colón, así como túneles peatonales, durante las horas de mayores aglomeraciones de personas, principalmente las horas de asistir a las mascletaes.
Los turistas son, que duda cabe, otros de los grandes protagonistas de la fiesta. A falta de datos finales, las previsiones apuntaban a un 80 por ciento de ocupación hotelera en los días previos al fin de semana y a un lleno total durante las jornadas finales.