En Marea, en los documentos políticos propuestos a sus inscritos para el plenario del próximo sábado 17 de marzo, reivindica que sus diputados en las Cortes deben seguir «los criterios y pautas» que marque la «dirección nacional» del partido instrumental, es decir, el Consello das Mareas, la coordinadora nacional y la Portavocía ejercida en este momento por Luís Villares; a los que tendrán que «consultar» e «informar» sobre sus acciones en el Congreso de los Diputados.
Así figura en uno de los documentos aprobados por el Consello das Mareas, a los que ha tenido acceso Europa Press, y que serán llevados al plenario del próximo día 17, donde el partido instrumental debatirá sobre el papel de la formación en las elecciones locales del próximo año.
Precisamente este punto es abordado en el primero de los documentos que ha sido remitido este fin de semana a los inscritos, que tendrán de plazo hasta el domingo 11 para presentar enmiendas, que deberán recibir el visto bueno de la Comisión del Plenario, que se reunirá el día 12.
De este modo, en el documento titulado 'En Marea e as eleccións municipais de 2019', la dirección de la formación remarca su respeto a la «autonomía» de las mareas locales, ya que considera que la «unidad popular es el único camino» para conseguir «los objetivos sociales y políticos» del espacio rupturista.
«En Marea debe ser el espacio que vertebre la suma de esfuerzos para expandir por el país. [...] En Marea se pone a disposición del espacio político, respetando la autonomía de las mareas locales
, para favorecer la coordinación y cooperación de los actores del cambio y ser lugar de encuentro de todas las que trabajamos a favor de recuperar la ilusión desde lo municipal», incide.
En esta línea, propone actuar como «paraguas político instrumental» de cara a las elecciones de 2019 en base a un «reconocimiento bidireccional de los ámbitos local y nacional», lo que, según el documento, «permitirá la visibilización» de las mareas municipalistas «como candidaturas del espacio político común de En Marea» con la vista puesta en aumentar su representación en las diputaciones.
Así, se ofrece para realizar tareas de «coordinación», organización de encuentros para favorecer la «participación» y, por último, fomentar «la creación de nuevas mareas" y ejercer un "papel de mediación» para evitar que, como sucedió en 2015, concurran a los comicios diferentes candidaturas que representen «un espacio social, político y electoral que es común».
Asimismo, también plantea la posibilidad de crear «grupos de trabajo y mareas sectoriales» para la elaboración de «un programa-marco común» que reúna «ideas compartidas que proyecten una imagen conjunta de país».
«Mínimos comunes de identificación»
A continuación, el documento propone «el establecimiento de unos mínimos comunes de identificación» con las mareas locales «que así lo decidan» para «mejorar la visibilidad conjunta y socializar con ellas todos sus recursos materiales, logísticos, jurídicos y contenidos de los que dispone».
Además, llama a lograr «modos de cooperación» para «corregir déficits» existentes en «procesos anteriores», por lo que apuesta por articular un modelo que permita «conseguir sumar representación en las Diputaciones», si bien reconoce que «no son instituciones» cuya existencia defiendan, aunque admite que pueden servir como «fuente de recursos», especialmente para ayuntamientos pequeños.
En esta línea, propone que En Marea preste «personalidad jurídica a aquellas mareas que no la tienen todavía», bien porque «son nuevas» o porque «fueron agrupaciones de electores» y ahora deciden «acogerse» a esta propuesta.
Con todo, apunta que deben «mantener espacios de colaboración» con aquellas mareas que «por las razones que sean» no quieran adherirse a esta «cobertura electoral» que ofrece la dirección nacional de En Marea y que será definida en un grupo de trabajo enfocado a preparar el trabajo previo a los comicios de 2019.
En cuanto al programa para las diputaciones, reivindica que éste se elabore respetando «el peso» del municipalismo y «realizando acuerdos preferentes de ámbito gallego, pero que contemplen la importancia de los partidos judiciales».
Sobre la elección de representantes, propone que se haga «mediante un procedimiento transparente y equitativo» a través del «sufragio universal» entre los concejales elegidos por cada partido judicial.
«Protocolo bidireccional»
Por último, la propuesta de la dirección de En Marea establece «un protocolo de colaboración» con las mareas municipalistas basado en «el reconocimiento bidireccional». Estos acuerdos «bilaterales» deberán ser ratificados «por cada marea local» y por «la dirección política de En Marea».
Entre los puntos que establece la dirección del partido instrumental para este «protocolo», figura compartir los principios fundacionales de la asamblea fundacional de Vigo, basar el funcionamiento en la «radicalidad democrática», apostar por la «feminización» de la política o compartir Código Ético, entre otros puntos.
Respecto a esto último, el documento remarca que debe existir «el compromiso» de que los inscritos participen «de forma individual» y que la elaboración de las candidaturas se lleve a cabo a través de primarias que garanticen «igualdad, transparencia y pluralidad» desechando «pactos partidistas».
Relación con los diputados en las Cortes
Otro de los documentos aprobados por el Consello das Mareas hace referencia a la relación de la dirección nacional del partido instrumental con los diputados en el Congreso de los Diputados.
De este modo, reconoce que los cinco parlamentarios del Congreso --integrados en el grupo confederal de Unidos Podemos «por una interpretación alevosa» del Reglamento de la Cámara que impidió que formasen grupo propio-- fueron elegidos en una candidatura de «coalición electoral» antes del nacimiento de En Marea como «partido instrumental de afiliación individual»
No obstante, remarca que, tras la asamblea fundacional de Vigo en el verano de 2016, «las funciones de dirección política» de la acción de los diputados de En Marea en las Cortes pasaron a «ser atribuidas» a la dirección del partido instrumental, es decir, el Consello das Mareas, la Coordinadora y la portavocía nacional que recae, en estos momentos, en Luís Villares.
Por lo tanto, reivindica que los parlamentarios deben ejercer como representantes del «sujeto político gallego» y no «como simples electos por una organización de ámbito estatal en las circunscripciones electorales gallegas».
Así las cosas, establece que los diputados han de «disponer de autonomía» para tomar decisiones «de carácter funcional parlamentar» pero que «las cuestiones de índole política» tienen que ser marcadas por «la dirección nacional de En Marea», sobre quien recae la responsabilidad de trazar «los criterios y pautas» en tareas como el desarrollo del «proyecto estratégico» o el «programa electoral».
«El grupo no podrá decidir por su cuenta ni limitarse a informar a la dirección política de En Marea, sino que tendrá que proceder a la consulta previa», remarca, para luego fijar un procedimiento de «enlace» entre los diputados y el Consello das Mareas cuyo incumplimiento «podrá suscitar» la apertura de un procedimiento de «revocación» de su acta, un extremo «previsto en los estatutos» del partido instrumental.
