El ‘entorno’ cumple 30 años
La palabra ‘entorno’ cumple <b>treinta años</b> en 2022. Fue un concepto que llegó de la mano de Johan Cruyff y ya se quedó. Se instauró <b>el 1 de abril de 1992</b>, después de un decepcionante 1-0 en Praga que puso algo de incertidumbre a la clasificación para la final de Wembley. El término ‘entorno’ <b>tiene un pequeño</b> hueco en el amplio legado legado conceptual y léxico del neerlandés. Antes de su llegada como entrenador no se medía el porcentaje de posesión de balón. El cerebro del equipo era eso, el cerebro del equipo, y no un ‘cuatro’. Y el ‘seis’ era el número de Neeskens, no el mediapunta. Los porteros, básicamente, <b>tenían que impedir </b>que el balón entrase en su portería, no convertirse en improvisados ‘líberos’, como Cruyff avanzó a su llegada ante la estupefacción de propios y extraños. Estupefacción<b> que también provocaba</b>, por ejemplo, al situar a Lineker como extremo. El genial holandés no dejó nunca de aportar conceptos nuevos. <b>Y en Praga instauró</b>, de forma oficial, el ‘entorno’ como un elemento decisivo a la hora de hacer análisis sobre el Barça, tanto futbolísticos como extrafutbolísticos. La palabra no sólo sigue vigente hoy en día, sino que podría decirse que es uno de los ejes alrededor de los cuales gira el club barcelonista.
La palabra ‘entorno’ cumple treinta años en 2022. Fue un concepto que llegó de la mano de Johan Cruyff y ya se quedó. Se instauró el 1 de abril de 1992, después de un decepcionante 1-0 en Praga que puso algo de incertidumbre a la clasificación para la final de Wembley. El término ‘entorno’ tiene un pequeño hueco en el amplio legado legado conceptual y léxico del neerlandés. Antes de su llegada como entrenador no se medía el porcentaje de posesión de balón. El cerebro del equipo era eso, el cerebro del equipo, y no un ‘cuatro’. Y el ‘seis’ era el número de Neeskens, no el mediapunta. Los porteros, básicamente, tenían que impedir que el balón entrase en su portería, no convertirse en improvisados ‘líberos’, como Cruyff avanzó a su llegada ante la estupefacción de propios y extraños. Estupefacción que también provocaba, por ejemplo, al situar a Lineker como extremo. El genial holandés no dejó nunca de aportar conceptos nuevos. Y en Praga instauró, de forma oficial, el ‘entorno’ como un elemento decisivo a la hora de hacer análisis sobre el Barça, tanto futbolísticos como extrafutbolísticos. La palabra no sólo sigue vigente hoy en día, sino que podría decirse que es uno de los ejes alrededor de los cuales gira el club barcelonista.