Marín ve que la dimisión del diputado que usaba «BlaBlaCar» «dignifica la política»
El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, aseguró ayer que la dimisión y renuncia del acta del parlamentario andaluz de Cs por la circunscripción de Almería, Andrés Samper, que ofreció las plazas de su coche a través de la plataforma «BlaBlaCar» para aprovechar sus desplazamientos hasta el Parlamento a pesar de que cobra dietas de la Cámara autonómica por este concepto, es «un gesto que dignifica la política». Así lo señaló en los pasillos del Parlamento andaluz, donde ha subrayó que «no hay muchos políticos que cuando cometen un error son capaces de dimitir». «Esto es un ejemplo claro de cómo un diputado de Cs actúa ante una situación como ésta», señaló, toda vez que negó que hubiera una intención más allá de «ir acompañado y evitar un accidente».
«Le tengo que dar las gracias porque nos da un ejemplo claro de cómo hay que actuar en estos casos», señaló el líder de Cs en Andalucía, teniendo en cuenta que habló en la noche del miércoles con el diputado y lo vio «muy afectado».
Según explicó, Samper le contó que se había quedado dormido en varias ocasiones realizando el trayecto de Sevilla a Almería y, tras comentarlo en casa, su hijo le indicó que podía compartir el viaje a través de esta plataforma. «No creyó que podía suponer un problema», admitió Marín, quien señaló que «la prueba más inocente es que subió a ‘BlaBlaCar’ su foto y su nombre sabiendo que era un cargo público».
El vicepresidente de la Junta apuntó que intentó convencer a Samper de que «había que reflexionar» al respecto, pero «tenía clara su dimisión» porque «había cometido un error infantil». «No quería dañar la imagen del partido y pedía disculpas», afirmó. Samper iba como número 2 por Almería en las pasadas elecciones autonómicas y la siguiente en la lista es Mercedes López, que podría ser «la primera diputada con discapacidad visual, lo que aportaría mucho al Parlamento». «Habrá que hablar con ella por si decide incorporarse; si no, corre la lista», explicó.
Los parlamentarios que afronten una distancia entre su residencia habitual y la sede de la Cámara de más de 300 kilómetros, como es el caso de Samper, cobran 410 euros a la semana.