Curiosidades varias
Ojeando los periódicos del fin de semana, que además vienen acompañados por revistas varias, sacas una serie de cosas curiosas, incluso sorprendentes. Esto último me ha pasado con la muerte del fiscal general del Estado, José Manuel Maza. Aparte de sentir la desaparición, y más de un servidor publico de alto nivel, que se encontraba en Argentina cumpliendo con un deber de su cargo, me resultó curioso además de sorprendente leer que el cadáver iba a ser repatriado en un vuelo comercial. El gobierno español ha enviado en bastantes ocasiones, y a diferentes países, aviones oficiales para repatriar ciudadanos que han sido liberados de secuestros, se han vistos envueltos en alguna catástrofe e igualmente han traído a su país a ciudadanos fallecidos en actos terroristas. Por eso sorprende que con el señor Maza, fiscal general del Estado, que se encontraba cumpliendo su deber, no se tenga la deferencia de traerlo a su tierra en un avión de la fuerza aérea.
Ayer veíamos unas fotos del almuerzo que el Papa Francisco ofreció a 1.500 indigentes en un salón del Vaticano. Lo que me resulta curioso es el alto número de necesitados que están haciendo fotos con sus móviles al Santo Padre. No ya porque pueda sorprender que personas en estado de extrema necesidad dispongan de este medio, sino porque hace pocos días el Papa, en audiencia pública, «regañó» por el excesivo uso que se hace de los móviles captando imágenes, incluso de ceremonias religiosas, incluyendo en esas prácticas a no pocos obispos. Esta invasión del «todos somos fotógrafos» llevo denunciándola hace tiempo. El sábado me acerqué al besamanos de Nuestra Señora de las Angustias, titular de la hermandad de los Estudiantes –maravilloso, exquisito todo el montaje–. Había una familia delante de mí en la larga cola para llegar a la Señora, que fueron posando uno por uno delante de la Virgen mientras el padre hacía las correspondientes fotos. Me vi en la obligación de decir en alta voz, «esto es un acto religioso, no un «photocall».