El vídeo de Alejandra destapa seis casos más ignorados por la Junta
El caso de Alejandra, la niña de tres años para la que sus padres reclaman educación domiciliaria por sufrir una enfermedad rara que le impide acudir al colegio como cualquier otro menor, ha servido para destapar casos similares que la Junta de Andalucía ha optado por ignorar hasta ahora. El vídeo de Marina con su hija en brazos reclamando a la Consejería de Educación un profesor que complete la estimulación y mejore la calidad de vida de la pequeña se hizo viral ya iniciado el mes de octubre. Cuando no se ha cumplido aún un mes, sólo en la plataforma Facebook cuenta con cerca de un millón y medio de reproducciones (1.442.000 aproximadamente), y otros seis menores en situación similar se han sumado a las reclamaciones a la Administración autonómica como reclamaba la madre. Cuatro de ellos también pertenecen a la provincia de Málaga, mientras que los dos restantes son de Granada.
Pese a que la enorme difusión del caso y su aparición en prensa –este diario publicó un amplio reportaje el día 16 de octubre– provocó que responsables de la delegación de Educación de Málaga se pusieran en contacto con la familia de Alejandra con la promesa de analizar su caso y plantear posibles soluciones, Marina no ha vuelto a tener noticias. «Aunque aún no hemos obtenido soluciones para la educación de Alejandra, sí hemos encontrado otras familias que se han puesto en contacto conmigo, niños a los que la Junta de Andalucía ignora y da la espalda por estar enfermos», señaló.
El artículo 21.1 de la Ley 9/1999, de 18 de noviembre, dice que la Consejería de Educación garantizará la continuidad del proceso educativo del alumnado de enseñanza obligatoria que esté hospitalizado o permanezca durante periodos prolongados en su domicilio por razón de enfermedad. La escolarización de los menores de 3 a 6 años, 2º ciclo de Infantil, no se considera «obligatoria», aunque la realidad es que la oferta pública garantiza plazas a todos los menores de esta franja, excepto si sufres una enfermedad. En el caso de Alejandra, artrogriposis múltiple congénita. El riesgo de infecciones le impide acudir al centro educativo. Pese al desgaste familiar, Marina confirmó que no renuncia a un servicio que cree necesario para su hija y la próxima semana llevará la documentación del caso a la Fiscalía del Menor, que ya ha manifestado que la administración debe salvaguardar los derechos de los menores sin limitación alguna.