La reconstrucción del orden global y la sobrevivencia de la especie humana
La sobrevivencia humana se ve amenazada por factores antropogénicos o por fenómenos naturales, como la inteligencia artificial autónoma; la posibilidad de un intercambio termonuclear global; la liberación de patógenos por bioterrorismo o accidentes; el calentamiento global; la destrucción de ecosistemas; el impacto de un cometa; o un patógeno natural con alta tasa de mortalidad. El mayor riesgo para la humanidad podría estar dado por un rápido avance tecnológico no acompañado de la cooperación global.
En el artículo “The End of the Longest Peace” publicado recientemente en la revista Foreign Affairs, se examina el periodo sin precedentes de 80 años de paz entre las grandes potencias. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo ha experimentado una era inédita de estabilidad global al no haber existido una guerra directa entre grandes potencias, en gran parte debido al equilibrio militar conocido como MAD (Destrucción Asegurada Mutua). Las armas nucleares no se han utilizado en combate en 80 años. Aunque muchos países tienen la capacidad para construir armas nucleares, solo nueve las poseen actualmente. Las generaciones actuales carecen de la memoria de los demoledores costos de las guerras entre grandes potencias.
El rápido ascenso económico y militar de China desafía la supuesta preeminencia estadounidense, mientras que una Rusia vengativa utiliza la guerra para restaurar su grandeza. La Trampa de Tucídides es un concepto geopolítico popularizado por el politólogo estadounidense Graham Allison, que describe la tendencia histórica a la guerra cuando una potencia en ascenso (China) desafía a una potencia hegemónica establecida (Estados Unidos. El cambio de poder a nivel global es un catalizador de conflicto, aunque no necesariamente una fatalidad.
Mientras tanto, según el WSJ, Europa pide a su pueblo que se prepare para una posible guerra con Rusia. Existe el temor de que un acuerdo de paz insatisfactorio en Ucrania alentado por EU podría envalentonar a Vladimir Putin para que, en unos cuantos años, ataque a Europa Oriental.
Existe además la preocupación de que una administración estadounidense aislacionista bajo Donald Trump podría no ayudar a Europa o a sus aliados asiáticos si son atacados, lo que da aliento a Rusia o China para llevar a cabo sus planes expansionistas. La estrategia de Seguridad Nacional de EU deja muchas dudas al concentrarse principalmente en el hemisferio occidental.
Los Estados Unidos rechazan el orden global desarrollado por ellos mismos, minando la cooperación internacional, socavando a la Organización Mundial del Comercio y al Sistema de Naciones Unidas, fomentando los nacionalismos y buscando destruir cualquier supranacionalismo como el de la Unión Europea. Existe una enorme polarización entre movimientos de extrema derecha y extrema izquierda movidos por ideologías que buscan acabar con el contrario. En una entrevista de diciembre de 2025 con la consultora McKinsey, el exrepresentante comercial estadounidense Robert Lighthizer sostiene que el sistema comercial internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial está fracturado debido a los persistentes desequilibrios comerciales. Lighthizer caracteriza la relación entre Estados Unidos y China como una “segunda guerra fría” impulsada por diferencias sistémicas fundamentales. La era neoliberal parece haber llegado a su fin dando pie a nuevos populismos de extrema izquierda y extrema derecha.
Sin cooperación internacional el mundo se ve destinado al conflicto. Evitar una futura convulsión global requerirá de gran liderazgo estratégico como lo hubo al finalizar la Segunda Guerra Mundial, para reconstruir el orden global y minimizar los riesgos para la sobrevivencia de la humanidad. El problema es que no se ve de dónde pueda surgir tal liderazgo.