Un museo de Oxford oculta una máscara africana para «respetar la tradición» y que no sea vista por mujeres
El Museo Pitt Rivers de la Universidad de Oxford ha tomado la decisión de no exhibir una máscara africana, en línea con la tradición de la tribu de origen, que no quiere que las mujeres vean este objeto. Esta medida se enmarca dentro de las nuevas políticas del museo orientadas a la llamada «seguridad cultural». La máscara, creada por el pueblo Igbo de Nigeria, se utilizaba originalmente en rituales exclusivamente masculinos. Según recoge la prensa local, los curadores del museo han retirado tanto la máscara de la exhibición como las fotos de la misma de su archivo en línea, en un esfuerzo por respetar las tradiciones culturales y «asegurar que las mujeres no la vean». En la cultura Igbo, las máscaras son elementos muy importantes y algunos rituales en los que se utilizan son realizados únicamente por hombres, de manera secreta y lejos de la mirada femenina. Esta política, pionera entre las principales colecciones británicas, forma parte de un proceso de «descolonización» del Museo Pitt Rivers, que busca abordar con nuevos ojos una colección «estrechamente ligada a la expansión imperial británica». Una advertencia en la base de datos del museo señala que la máscara Igbo «puede ser culturalmente sensible» y «normalmente no se usa en ciertos contextos públicos o comunitarios». La máscara de madera ha sido etiquetada como un objeto que «no debe ser visto por mujeres», no está en exhibición y no tiene fotografías disponibles en línea. Una nota en el sitio web del museo explica que, aunque existen fotografías, los curadores «no pueden mostrar el material públicamente». Este esfuerzo para asegurar que las mujeres no vean la máscara sigue una serie de políticas destinadas a garantizar lo que llaman la «seguridad cultural» respecto a tabúes relacionados con ceremonias secretas, restos humanos, desnudez y roles de género. Un conjunto de políticas redactadas este año establece que se deben agregar advertencias a la base de datos del museo para objetos que puedan ser «culturalmente sensibles», y algunos deben incluso salir del ojo público. Otros objetos destinados tradicionalmente para hombres, como una máscara de Papúa Nueva Guinea, han permanecido en exhibición, pero están marcados como «sensibles» y sus fotos no se muestran en el sitio web del museo. Una advertencia general para la colección señala: «En el Museo Pitt Rivers, tomamos la seguridad cultural en serio. Nuestro objetivo es mantener a todas las personas informadas por medio de un aviso». Otros avisos se aplican a objetos individuales, como un «isikira», un adorno de cabeza y «objetos extremadamente sensibles culturalmente» usados por niñas masái después de someterse a la «circuncisión», en referencia a la mutilación genital femenina. La popular colección de cabezas reducidas, o «tsantsa», que se retiró de la exhibición, también llevaba una advertencia de que se cree popularmente que contienen las almas de quienes habitaron los pueblos Shuar y Achuar de Ecuador que las hicieron. La decisión de retirar las cabezas de la exhibición se tomó en 2020 tras las protestas de Black Lives Matter, cuando el museo anunció un «programa de trabajo integral para involucrarse profundamente con el legado colonial del museo». Desde entonces, el museo se comprometió a devolver su colección de Bronces de Benín a las autoridades de Nigeria y acordó la devolución de una estatua del siglo XV a India. Otros museos han ocultado otros objetos por razones religiosas, como es el caso de varias tabletas sagradas para la Iglesia Ortodoxa Etíope que se encuentran en el Museo Británico y en otras colecciones, pero, dado que los objetos son tradicionalmente vistos sólo por sacerdotes, los curadores los mantienen fuera de la vista del público y nunca son estudiados. Un portavoz del Museo Pitt Rivers, que contiene las colecciones antropológicas y arqueológicas de la Universidad de Oxford, dijo que estaban trabajando con grupos de todo el mundo cuyas obras están representadas en su colección, para asegurar que se exhiban de forma adecuada. La crítica de arte y autora Ruth Millington, cuyo libro «Muse» aborda el tema de la mujer en el arte, es una de las voces que han expresado su preocupación sobre el peligro de crear un precedente peligroso al ocultar objetos por tabúes culturales. «Negar a todas las mujeres, de todas las culturas, la vista de algo porque es un tabú en una cultura particular parece una postura extrema, particularmente dado que este país es una sociedad moderna, liberal e ilustrada», denunció. El profesor de historia Jeremy Black, de la Universidad de Exeter, también ha criticado las advertencias del museo como «la absurdidad de la señalización de la virtud». Black afirmó que la «seguridad cultural» es una idea defectuosa que sugiere que ciertos activistas tienen el monopolio para hablar sobre el pasado. El Museo Pitt Rivers, fundado en 1884, cuenta con más de 700.000 artículos en sus colecciones y atrae a unos 480.000 visitantes anuales.