El Consejo Asesor para el impulso de un Foro Cívico y Social para el Debate Constituyente se creó el 23 de octubre de 2018, un mes después de que Quim Torra, presidente de la Generalitat de Cataluña, lo anunciara a bombo y platillo. Este grupo asesor, cuyo presidente es Lluís Llach y está formado por dieciséis personas, tiene como objetivo poner las bases para la creación de un foro que, a su vez, prepare un borrador de constitución catalana. No es más que el paso siguiente a la realización del referéndum ilegal de independencia del 1 de octubre de 2017 y por el que sus líderes están siendo juzgados en el Tribunal Supremo o fugados de la Justicia fuera de España.
Desde hace unos meses, algunos de los miembros del Consejo Asesor viajan por Cataluña explicando en qué punto se encuentra el supuesto debate constituyente, para animar a su participación, y poder alegar, así, que «el proceso va de abajo a arriba», pese a que todo el entramado logístico está tutelado por la Generalitat, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural.
A la dificultad de la caída de la movilización indepe, el Consejo Asesor añade un problema más: la división interna y la falta de consenso entre los miembros que forman parte de él. Así lo ponen de manifiesto las actas de las reuniones a las que ha tenido acceso ABC, en las que se llega a indicar –el 13 de enero de 2019– que para evitar «cualquier tipo de colapso funcional», habría que «articular algún reglamento de funcionamiento» entre el Consejo Asesor, el propio foro –no constituido– y un tercer ente: Acuerdo Nacional por el Debate Constituyente –todavía sin crear–.
Sin consenso ni acuerdos
Las actas de las reuniones –desde su creación hasta marzo de este año– reflejan la falta de acuerdo y la imposibilidad de llegar a consensos básicos como la metodología y el objetivo final del propio ente, que si bien no fue creado para la redacción de una constitución catalana («no nos pertoca», se apunta el 13 de enero de 2019), ahora augura que tendrá listo un borrador en abril de 2020.
En la primera reunión (26 de octubre de 2018) ya se advierte de que el órgano consultivo, creado por Torra para mantener viva la imaginaria república catalana, debe «definir» lo antes posible «una metodología clara». En las reuniones del mes de noviembre, se acuerda «trabajar con una definición mucho más ajustada de objetivos», pero no parece que se ponga en práctica, pues se reitera que los miembros del Consejo Asesor no tienen «consenso» para «definir una metodología adecuada que sirva para propiciar los debates participativos que se presentan».
Estas diferencias se mantienen, al menos, hasta la reunión del 29 de marzo de 2019. Las discrepancias son tales que se plantean «introducir un sistema de votación interno» para que la mayoría no aplique «la simple imposición» a la minoría, se apuntan «diferencias evidentes» en el ConsejoAsesor por asuntos como «el rol que ha de jugar el Foro» o «la organización de los debates»... por lo que es evidente que «hay una falta importante de consenso en relación a los objetivos reales del Foro».
Dimisión de Jaume López
Estos desacuerdos –cuya clave es si se conforma un Foro solamente independentista– han hecho que Jaume López haya dejado, recientemente, el Consejo Asesor, según confirmaron ayer fuentes oficiales de la Generalitat. López, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra, es uno de los creadores teóricos del concepto «derecho a decidir» para enmascarar eufemísticamente el derecho a la autodeterminación, al que Cataluña no puede alegar legalmente.
El Consejo Asesor también lo componen Marta Rovira Martínez, Antonio Baños –que no ha ido a ninguna reunión, aunque sí acudió a la presentación pública con Torra el 8 de febrero–, Carmina Castellví, Dante Fachín, Àngels Martínez Castells, Albert Noguera, Montserrat Palau, Gabriela Serra, Beatriz Talegón, Ada Ferrer, Francina Alsina, Josep M. Ganyet, Emili Medan y Montserrat Castellà.
