Por la vía rápida. El Barcelona conquistó la 26 Liga de su historia cuando faltan aún cuatro jornadas para que concluya el campeonato, gracias a los 12 puntos con los que aventajan al Atlético de Madrid y que confirman por segundo año consecutivo la superioridad del club azulgrana (el año pasado acabó 14 puntos por encima del segundo, el Atlético de Madrid). Una supremacía en los títulos domésticos que abarca también a la última década, en la que el club catalán luce en sus vitrinas ocho trofeos de los últimos 11 disputados. Los otros tres títulos se los reparten el Real Madrid (2) y el Atlético (1). «Si vas con margen parece que es previsible. Pero es una gran victoria convertir un título en algo predecible. No es lo habitual. Lo normal es que pelees la Liga hasta el final», reivindica Ernesto Valverde, que de las 72 jornadas que ha dirigido al equipo desde el banquillo se ha instalado en el liderato en 65.
Además, el Barcelona va camino de firmar una de las mejores temporadas de su historia. Clasificado para la final de Copa y con la semifinal de Champions en el horizonte, mantiene intactas sus opciones de conquistar un triplete que únicamente ha logrado en sus 120 años de historia. Precisamente, la Copa del Rey viene a confirmar la supremacía nacional del club azulgrana, que desde 2009 ha ganado seis finales, las cuatro últimas de forma consecutiva, y se quedó las puerteas en dos ocasiones, en ambos derrotado en el último partido por el Real Madrid (2011 y 2014). Su talón de Aquiles en los últimos años sigue siendo Europa, donde llevaba las tres últimas temporadas cayendo en cuartos de final (Atlético de Madrid, Juventus y Roma) y viendo como su máximo rival, el Real Madrid, se alzaba con la orejona.
La Liga del Barcelona premia una regularidad que no estuvo exenta de un pequeño bache en el mes de septiembre, aunque se vio favorecido por los tropiezos también de Real Madrid y Atlético. El equipo azulgrana solo fue capaz de sumar tres puntos en cuatro partidos. Tres empates (Girona y Athletic en el Camp Nou y Valencia en Mestalla) y una derrota (Leganés en Butarque) pusieron el ay en el cuerpo de los culés. Cuatro victorias consecutivas dieron paso a la que ha sido la última derrota en el Camp Nou (Betis, 11 de noviembre). A partir de ahí la Liga fue un paseo militar. Pero sin lugar a dudas, donde el Barça dio sus golpes de efecto fue en los enfrentamientos directos, evidenciando su superioridad de forma contundente e impidiendo la posibilidad de revertir la situación en la tabla. El primer gran duelo fue el 28 de octubre (jornada 10). El Real Madrid encajó un rotundo 5-1 en un clásico que significó la dstitución de Julen Lopetegui. También supo contener al Atlético en el Wanda Metropolitano (1-1). Nuevo golpe de efecto en el Bernabéu (0-1) y una victoria ante los de Simeone (2-0) que ya dejaban encarado el título (jornada 31) y eliminaban las posibilidades del Atlético de recortar distancias.
Pero no todo fue un camino de rosas en el equipo culé. Ernesto Valverde tuvo que lidiar con tres patatas calientes que hicieron zozobrar la tranquilidad del vestuario. Primero fue el «caso Dembélé». Varios actos de indisciplina del francés, que llegó tarde a varios entrenamientos y del que se filtró su estilo de vida poco saludable en cuanto al descanso y la alimentación pusieron en un brete al técnico, satisfecho con el rendimiento y aportación del extremo sobre el terreno de juego. Finalmente, le dio un toque de atención dejándole en la grada ante el Betis. A partir de ahí mejoró su actitud y empezó a ser decisivo.
El segundo fue el «caso Arturo Vidal». Puso mala cara cuando fue sustituido ante el Athletic pero no se pudo contener tras ver la victoria ante el Totteham desde el banquillo de Wembley. Varios emoticonos enfadados dejaron constancia de su malestar. El técnico le dejó dos partidos seguidos sin jugar y otros dos saliendo desde la suplencia. El chileno se disculpó y trabajó para revertir su situación. Ahora es uno de los fijos y el club valora acometer su renovación la próxima temporada.
Pero el tercer problema con el que tuvo que lidiar Valverde fue más grave. La lesión de Messi, que se fracturó el brazo ante el Sevilla (20 de octubre) y tuvo que estar de baja cinco encuentros (dos de Liga, dos de Champions y uno de Copa). El equipo supo sobreponerse y solo cedieron un empate (Inter en Europa). Jugadores como Umtiti, Arthur o Dembélé también han sufrido serios contratiempos, sin contar con la grave lesión de Rafinha o las constantes molestias de Vermaelen.
