Cerca de los cuarenta años, y después de jugar para casi una veintena de equipos de siete países diferentes, Sandra Ygueravide (Valencia, 1984) pensaba que lo había visto todo en su carrera como jugadora profesional de baloncesto. Qué equivocada estaba. Su deporte aún le debía, como mínimo, un verano vertiginoso y de alegría desbordante. Un sueño hecho realidad en forma de medallas, títulos y reconocimiento con la selección española de 3x3, una aventura en la que ella se embarcó en 2016 y de la que ahora está recogiendo los principales frutos. Todo arrancó el pasado mes de mayo con la milagrosa clasificación para los Juegos de París en el preolímpico de Debrecen , y concluyó a principios de septiembre con su participación en las finales del Women's Series, a las que se clasificaron después de ganar cuatro de los cinco torneos en los que participaron: Poitiers, Burdeos, Pristina y Bakú. Entre medias, una plata olímpica después de una semana mágica de competición en París y un oro europeo en Viena en el que ella fue nombrada mejor jugadora del torneo. Muchas emociones juntas que aún cuesta digerir. «De aquel preolímpico de Debrecen han pasado tantas cosas…», reflexiona Ygueravide en una conversación con este periódico. Acaba de aterrizar en Madrid procedente de China , donde ella y sus compañeras de la selección femenina de 3x3 echaron el cierre definitivo a esta campaña en el epílogo de las Women's Series con un séptimo puesto. «Nos quedamos cortas de gasolina», lamenta. A Ygueravide le bailan las fechas, claro. «Han sido muchas vivencias, muchas emociones que asimilar. Del principio de verano ni me acuerdo. Parece que haya pasado un año entero». Pero sí tiene muy presente ese 5 de agosto en La Concordia, la sede olímpica parisina para el 3x3. Recuerda vívidamente aquella remontada agónica ante Estados Unidos en la semifinal, en la que una canasta suya llevó el partido a la prórroga y otras dos metieron a España en la final, donde luego perdió con Alemania. «A París íbamos con una sensación de 'a ver qué pasa'. La gente nos decía que podíamos llegar a las medallas, pero nosotras no lo teníamos tan claro. Íbamos a competir, a dar guerra. Lo de llegar tan arriba… Jugar el playoff ya era una alegría. Luego fueron pasando los partidos y nos vimos de golpe entre las dos mejores. Creo que ir sin ninguna presión se notó muchísimo. Disfrutamos cada partido y para cuando nos llegó Estados Unidos ya teníamos claro que las podíamos ganar». Habla en plural, porque todo su verano no se entiende sin mencionar a sus tres compañeras de selección: Vega Jimeno, Juana Camilión y Gracia Alonso de Armiño . Fueron ellas cuatro también las que lograron el oro en el Europeo y la clasificación del preolímpico, aunque en las Women`s Series también han participado Gala Mestres, Cecilia Muhate y Alba Prieto. La derrota en la lucha por el oro no restó ni un ápice de mérito a una medalla que no estaba en las quinielas. Tres años antes, Ygueravide se había quedado a las puertas de acudir a los Juegos de Tokio y desde entonces arrastraba esa frustración. Solo el hecho de estar en París ya era un premio para ella. «Me quedo con el momento de subir al podio con mis tres compañeras. Es cuando realmente te crees que estás allí y que has conseguido algo que ni en nuestros mejores sueños». Ahí lloró con ganas mientras se abrazaba a Jimeno, la capitana, la otra gran veterana, su gran compañera estos años. El 3x3 fue uno de los grandes 'hits' de los Juegos. En España, cerca de dos millones de espectadores siguieron la final por televisión, y ellas mismas notaron ese interés durante su estancia en la Villa Olímpica . «Ya después del primer partido nos paró un montón de gente para decirnos lo mucho que les había gustado el 3x3. Allí estaban muy enganchados. Nos saludaban, nos daban ánimos… En los Juegos todo fueron palabras de apoyo, de reconocimiento. Era una de las cosas que queríamos. Que nos vieran y que la gente quedase atrapada por el deporte que a nosotros nos cautivó hace ya unos años». Como en la canción, el final del verano separa a Ygueravide de sus compañeras. También de esta disciplina 3x3 nacida solo para los periodos entre temporadas. Con septiembre regresa el baloncesto de siempre, al que ya se le empieza a llamar 5x5 para diferenciar. Sin tiempo casi para el descanso, la valenciana se ha reintegrado a la disciplina del Spar Girona , su equipo desde el verano pasado. Será el momento de buscarle también una ubicación definitiva a la medalla olímpica, porque hasta ahora ha seguido de ruta con ella en viajes, torneos y homenajes, sin tiempo para instalarse en casa. «Probablemente los primeros días serán raros -admite Ygueravide sobre esta vuelta-. Sobre todo cuando nos metamos en la rutina de nuestros equipos. Me van a faltar estas compañeras. Hemos pasado mucho tiempo juntas y hemos vivido cosas muy intensas. Eso une. Ha habido momentos duros durante el verano, situaciones que desde fuera parecían fáciles, pero que a nosotras nos costaron un gran esfuerzo. Conocernos tanto y estar tan unidas nos ha hecho sacar partidos muy complicados». Ahora le toca cambiar el chip y aclimatarse a un deporte que, siendo el mismo en lo básico, cambia en muchos registros. «Yo lo tengo ya muy interiorizado, pero sí cuesta adaptarse a jugar a cancha completa. Hay que bajar un poco la intensidad porque ahí no se permiten tantos contactos. Pero, a la vez, saco muchos beneficios de jugar a 3x3. Me da mucha agilidad en la toma de decisiones y eso, como base, es algo que a mí me viene fenomenal. Técnicamente te mejora mucho. Tienes que inventar muchas formas de finalizar, de sacar tiros…». El 3x3 queda aparcado al menos hasta el mes de mayo del próximo año. Sandra no sabía qué hacer después de los Juegos, pero el impulso que ha tomado la disciplina le anima a seguir adelante. No solo han ganado una medalla. También, mucha visibilidad. «El 3x3 ha venido para quedarse», asegura Elisa Aguilar , presidenta de la Federación Española, que quiere aprovechar este éxito para impulsarlo aún más con nuevos torneos y más recursos. «Que esto no quede solo en este verano», exige Ygueravide, convencida de que el 3x3 tiene una larga vida por delante.
